Cuando escribí mi tesis de maestría tuve oportunidad de conocer información muy valiosa sobre el alcoholismo en jóvenes, uno de los datos históricos más alarmantes que encontré es que en Puebla entre la década de los años 50’s a 60´s existía el municipio con más alcoholismo a nivel mundial, y en el 2009 las cifras eran alarmantes debido a que detecté que los niños empezaban a consumir desde los 10 años y que el primer contacto era en fiestas familiares, además de que en este sector de la población existían grandes índices de muertes por violencia, accidentes viales y  enfermedades derivadas del consumo excesivo del alcohol, pero al revisar las últimas cifras en particular de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas  en Estudiantes 2014, observo que dicha situación lamentablemente sigue en aumento grave.

Aunado a este esfuerzo, realicé un cortometraje llamado “Se le han roto las alas”, que presenté en C.C.U. de la BUAP y en todas las escuelas de esta ciudad, justo en aquellas donde se prepara a los estudiantes para ser maestros, todo esto significó un pequeño grano de arena para mí, sin embargo con tristeza veo que en Puebla y en general en México no hemos llegado al punto clave donde realmente se esté haciendo algo contundente para rescatar a la población juvenil de esta terrible adicción, al contrario, cada vez ellos encuentran más formas de prenderse de alguna droga.

Por dicha razón me motivó mucho toparme con las investigaciones y los excelentes resultados que han logrado en Islandia para que sus jóvenes dejaran de beber alcohol y de fumar, situación que sin duda alguna conseguirá que en ese país haya nuevas generaciones sanas y equilibradas, lo que ha futuro genera una sociedad más productiva.

Y justo en un artículo de la BBC escrito por Pablo Esparza y titulado “El secreto de Islandia para que sus jóvenes dejaran de beber alcohol y de fumar”, donde encontré muchas de las respuestas que había buscado para ayudar a solucionar el problema que vivimos en México, y que podríamos aplicar para lograr transformar la realidad que tanto está dañando a la juventud mexicana; obviamente lo que sucedió en Islandia no fue un cambio de la noche a la mañana, ha sido un proceso integral de algunos años, casi una década.

En Islandia los resultados positivos se empezaron a vislumbrar de manera extraordinaria del siguiente modo: “Las cifras sobre consumo de sustancias adictivas entre adolescentes dibujan un paisaje casi ideal en el país nórdico, donde apenas el 5% de los jóvenes entre 14 y 16 asegura haber tomado alcohol durante el mes anterior.” De la misma forma, solamente un 3% dice fumar tabaco a diario y un 7% haber consumido hachís al menos una vez en los últimos 30 días. Mientras, la media europea es de 47%, 13% y 7% respectivamente. Y en América Latina, según datos de UNICEF, el 35% de los jóvenes de entre 13 y 15 años dice haber tomado alcohol en el último mes y aproximadamente el 17% fuma a diario.

Pero como punto toral considero que lo más importante y el éxito del programa radicó en lo siguiente: “Los estudios mostraron que la mayor participación en actividades extraescolares y el aumento del tiempo pasado con los padres disminuían el riesgo de consumir alcohol y otras sustancias. Como respuesta, Islandia incrementó los fondos destinados a la oferta de actividades para adolescentes, como deportes, música, teatro y danza. Y desde 2002, se prohibió que, salvo excepciones, los niños menores de 12 años y los adolescentes de 13 a 16 años anden solos por la calle después de las ocho y las diez de la noche respectivamente.”

Y como se narra en el citado texto periodístico “Islandia, no siempre fue un modelo a seguir, hace menos de 20 años, a finales de los 90, era uno de los estados europeos con mayor incidencia del consumo de alcohol y tabaco entre los jóvenes, entonces ¿Cómo logró transformar los hábitos de sus adolescentes este territorio de poco más de 300.000 habitantes?, las razones del éxito islandés  se encuentran en el programa Youth in Iceland (Juventud en Islandia), puesto en marcha desde 1998, con el objetivo de reducir el consumo de sustancias adictivas entre la juventud.

Los ejes fundamentales del el programa “Youth in Icelan”, como se menciona textualmente “Se basan en una investigación continua de los hábitos y preocupaciones de los adolescentes, lo cual es uno de los pilares del proyecto, se realiza un mapeo cada dos años de la población adolescente a través de encuestas en las que participan todas las escuelas del país. Entre otras variables, se recogen datos sobre el sexo de los adolescentes, sus pautas de consumo, las características de los hogares, el absentismo escolar y sus problemas emocionales.”

Como a la letra lo dice la nota de BBC escrita por Pablo Esparza “El paso siguiente es analizar esos informes a nivel local en un trabajo conjunto con las escuelas, las comunidades y los municipios, que identifican los principales factores de riesgo y de protección frente al consumo de alcohol y drogas.”  A partir de ahí se piensa en cómo fortalecer los segundos y debilitar los primeros.

De acuerdo a la entrevista que se dio al periodista de la BBC  por parte de Jón Sígfusson, director del Centro Islandés para la Investigación y el Análisis Social, responsable de Youth in Iceland, proporciona información sumamente relevante y clave en el éxito de este programa: «Nada sucedió de un día para otro. Pero fue posible actuar porque los datos nos enseñaban, por ejemplo, la gran importancia de los factores parentales», indica Sígfusson, «Eso nos mostró la necesidad de informar a los padres y explicarles que ellos son el principal factor preventivo para sus hijos: pasar tiempo con ellos, apoyarlos, controlarlos y vigilarlos», explicó.

Según el director de Youth in Iceland, antes de que este enfoque se empezara a aplicar, una de las principales medidas preventivas que se desarrollaba era enseñar a los niños los efectos negativos del uso de drogas. Sin embargo, esa acción por sí sola no funcionaba, así que cambiaron el enfoque de forma drástica. «Los responsables no son los niños, sino nosotros, los adultos. Debemos crear un entorno donde se encuentren bien y tengan la opción de llenar su tiempo con cosas actividades positivas. Esto hará que sea menos probable que empiecen a consumir sustancias», afirmó.

En verdad considero que una manera de lograr el éxito es adoptar lo que en otros países les ha funcionado obviamente adaptándolo a las circunstancias propios de la nación, en lo personal pienso que estos resultados son oro molido, y que si a México le interesa ser un mejor país, debe realmente apuntar estrategias que eleven la calidad de su población joven para asegurar el bienestar presente y futuro de nuestro país.

Cualquier duda o comentario lo puedes enviar a mi correo vicky_barbara@hotmail.com o a la página de Facebook de esta Columna Eva y Lilith, ¡Hasta la  próxima!