Berlín. México se ubica a la vanguardia en la exportación de miel a Alemania, ya que fue el país que más vendió en 2014 y 2015, mientras en 2016 ocupó el segundo lugar con muy poca diferencia de Argentina, informó hoy a Notimex la Oficina Federal de Estadística en Wiesbaden.

La miel es un ingrediente indispensable en la mesa de los hogares alemanes, en especial para el desayuno, la repostería, la confección de dulces y muchas bebidas.

Su producción es el hobby de un buen número de alemanes, que dedican su tiempo libre a sus enjambres de abejas en el campo. Los conocedores pagan altos precios por la miel, cuyo sabor depende del tipo de flor del que las abejas la obtienen.

México vendió al país europeo 17 mil 429 toneladas en 2015 y 15 mil 400 toneladas en 2014. Para 2016 fue el segundo exportador de miel a Alemania con 13 mil 103.4 toneladas por un valor de 40 millones 969 mil euros (43 millones 969 mil dólares).

En 2016, el primer lugar lo ocupó Argentina con 13 mil 585 toneladas del producto por un precio de 31 millones 642 mil euros (33 millones 416 mil dólares). Alemania importó en 2016 un total de 86 mil 816.3 toneladas de miel.

Ucrania exportó al país europeo el año pasado 12 mil 731 toneladas, que costaron 26 mil 287 euros (27 mil 761 dólares), con lo que ocupó el tercer lugar.

Aunque una buena parte de países exportan miel a Alemania; México, Argentina y Ucrania llevan la delantera por mucho.

La jefa de la Oficina de ProMéxico en Alemania, Nicole Félix, declaró este viernes en entrevista con Notimex que lo que hace competitiva a la miel mexicana es que prácticamente todo el año se puede cosechar y no hay temporadas como por ejemplo en Alemania (información de Apimiel GmbH e internet).

Apimiel es la empresa con sede en Berlín que importa la miel mexicana de mayor calidad, así como las latinoamricanas. Alrededor de 80 por ciento de la miel que se vende en Alemania es importada y proviene de países como México, Argentina, Ucrania, China y España.

“Esto debido a que los productores alemanes de miel no pueden cumplir con la demanda interior del país», dijo Félix.

Refirió que en Alemania hay alrededor de 80 apicultores que viven de la producción de miel. Aunado a esto, hay alrededor de 100 mil apicultores que ejercen la producción de miel como un hobby o como un trabajo de tiempo parcial (Hobby- oder Teilzeit-Imker), pero todos ellos no pueden cumplir con la demanda.

«Los alemanes consumen alrededor de un kilo de miel por persona por año”, indicó la jefa de ProMéxico en el país europeo.

Apuntó que otra ventaja es que la miel mexicana contiene menos elementos transgénicos que la de otros países. Sin duda el color y el sabor de la miel mexicana son diferenciadores adicionales.

“También está libre de residuos y viene de zonas muy naturales como Yucatán, dónde no hay grandes ciudades y hay menos contaminación. En cuanto a la exportación de miel, hay una gran tradición de más de 70 años de exportación de miel mexicana a Alemania (llamada con Apimiel)”.

“De acuerdo a Apimiel GmbH, toda la miel mexicana se vende bien, no se puede decir que algún tipo se venda mejor”, señaló.

La empresa de comparación de calidad y precios en Alemania de las diferentes marcas, Waren Test, informó que algunas de las mieles que se venden en el país europeo tienen residuos de antibióticos y de otras sustancias.

La única miel que clasificó como la que cumple los estrictos requisitos de pureza es la de productores alemanes. En comparación con las demás marcas resultó ser la más cara.

Las marcas que venden miel en los supermercados estándard y en los descuento suelen hacer difusa la procedencia de la miel. Eso solo se puede leer en las letras más pequeñas de la tiqueta y suelen informar escuetamente que la miel es de países de la Unión Europea (UE) y de países que no lo son.

Es decir, la miel puede ser de cualquier lado, aunque las empresas tratan de hacerla parecer como alemana. No identifican en las etiquetas los países de donde procede. Las otras mieles no cumplen con los requisitos alemanes de pureza, pero si con los que estipula la UE.

Las marcas comerciales de los supermercados y tiendas de descuento enfrentan una cierta competencia de las Reformhaus, que son las tiendas naturistas donde se venden productos con el sello de Comercio Justo.

Se trata de productos que son más caros que los de marca, pero su procedencia se identifica en la etiqueta y las ganancias van directamente a las pequeñas cooperativas de campesinos y granjeros que son las productoras.

Esas cooperativas, a su vez, son objeto de pruebas y vigilancia por parte del sello de Comercio Justo (Fair Trade). Son pequeños productores en Latinoamérica, África y Asia, principalmente.

En Alemania, donde muchas personas prefieren aportar una contribución a los pequeños productores, compran en las Reformhaus. Además con ello tienen la seguridad de que el producto es objeto de pruebas continuas de calidad por parte del sello Comercio Justo. Ese sello cuenta con gran credibilidad en el país.