Con procedimientos amañados para dificultar los trámites en dependencias y organismos federales para la apertura de empresas, y propiciar las corruptelas, la Ley Estatal de Mejora Regulatoria está condenada al fracaso, como ocurriera con el Sistema de Apertura Rápida de Empresas (SARE), consideró el empresario Pedro Liedo Galindo.
Podrán ser muy buenas las intenciones de la nueva ley, pero deberá enfrentarse a instituciones que, como es el caso de la CFE, aplican todo tipo de discrecionalidades de funcionarios para dificultar y retrasar el abasto del servicio eléctrico, hasta que se ofrece un “moche”, se amenaza con un escándalo o el empresario desiste en su empeño y se olvida del proyecto, señaló.
El ex presidente de la Coparmex Hidalgo se dice convencido de que una ley no cambiará toda una cultura de burocratismo y corrupción. “Un contraste con España, por ejemplo, en donde se abre primero la empresa y se inician los trámites, o en Estados Unidos, en donde los trámites toman tres días”, afirmó.
Como ejemplo del burocratismo citó su caso personal al tramitar el servicio eléctrico para la tercera sucursal de Trico, en la Glorieta Insurgentes, en donde la responsable de Atención a clientes, Claudia Gallegos, es una funcionaria que jamás sale, que no atiende personalmente, sino todo se tramita a través de su personal.
Después de tres meses de trámites y con tal de contar con energía para poder abrir la tienda, Pedro Liedo paga una tarifa mucho más alta para su bajo consumo comercial y no ha podido conseguir que se le aplique la tarifa OM, pese a contar ya con un expediente de trámites “del tamaño de una tesis profesional”.
Consideró que a través de la Ley de Mejora Regulatoria el gobierno estatal podrá incidir a nivel de burocracia estatal y municipal, pero no federal.
Consideró incluso que dicha ley podría fracasar como ocurrió con el SARE, anunciada con bombo y platillo hace 15 años, en la administración de Manuel Ángel Núñez, que en la práctica jamás cumplió con sus objetivos, estrellándose contra el burocratismo en los tres niveles de gobierno.
“No conozco ninguna empresa que haya podido abrirse un día, como era objetivo del SARE, e incluso lo más básico, los permisos municipales, llegan a tomar seis o más meses, y se retrasan por pretextos como usar un cable de mayor calidad al especificado, como nos ocurrió aquí en Trico Glorieta.”
Aceptó que hay dependencias u organismos más flexibles que otros, por ejemplo, Protección Civil, que ante la dificulta para acudir a revisar las instalaciones de la tienda, “nos dijo que abriéramos, que luego nos mandaba inspeccionar”. Una disposición, dijo, que se agradece y reconoce.
“A lo mejor hay disposición de la autoridad; pero hay una barrera en esa montaña de papel que se llama burocracia, a cargo de personal de segundo nivel, que tienen un poquito de poder, y como en el caso de la CFE, no me detengo por el director, que a lo mejor hace lo mejor que puede, pero sí por una funcionaria menor que no quiere, o no sabe cómo hacer bien su trabajo; y como esa funcionaria, Claudia Gallegos, hay muchos.”