Acuciados por la contralora estatal, Citlali Jaramillo, los constructores destaparon la Caja de Pandora y se comprometieron a denunciar a funcionarios dueños de “empresas constructoras fantasma”, a terminar con las “mesas de vinos” y “muestras gastronómicas” para los receptores de la obra pública, y con los “moches” para conseguir contratos. En síntesis, acabar con el factor que más encarece y empobrece la obra pública: la corrupción.

La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), en Hidalgo firmó ayer un convenio de colaboración con la Contraloría del Estado, “que nos da certeza de que la administración de nuestro gobernador, Omar Fayad Meneses, está abocada realmente a combatir la corrupción que tanto nos lastima y a generar la transparencia que todos anhelamos”, afirmó Carlos Henkel Escorza.

El presidente de la cámara se comprometió además con la funcionaria estatal a trabajar codo a codo en la erradicación de corruptelas “y sumarnos al Sistema Nacional Anticorrupción en el estado”.

Al tomar la palabra, la contralora estatal subrayó en reiteradas ocasiones la necesidad de que el combate a la corrupción inicie con la denuncia; sin la denuncia de los constructores “poco o nada puedo hacer”.

Fue tanta la insistencia de Citlali Jaramillo en ese sentido, que al iniciar la ronda de preguntas por lo menos media docena de empresarios alzaron las manos, impulsando a otros tantos a hacer lo mismo.

Aunque sin dar nombres y apellidos, pero comprometiéndose a hacerlo en lo privado, los constructores fueron hablando de cómo son confundidos con multimillonarios, como tienen que pagar tantos “moches” que les queda un margen de utilidad ínfimo, y cómo son desplazados por quienes fundan “empresas sexenales” para acapararla obra y subrogarla, llevándose la mayor parte.

Uno a uno expusieron a la funcionaria cómo se realizan concursos de obra amañados para beneficiar a los grandes constructores “amigos”, en los que incluso el propio contralor lleva a su cuate constructor e inclina la balanza a su favor.

Jaramillo dejó en claro que antepone su prestigio como profesional a “ganarme unos pesos extras”, e invitó a los constructores a presentar denuncias concretas para tomar las medidas pertinentes. La decisión de Omar Fayad de combatir la corrupción y transparentar la administración pública “va de verdad”, subrayó, y aceptó: “yo entiendo el por qué una carpeta asfáltica presenta baches a los tres días, cuando hay tanto moche que pagar”.

Los constructores y la contralora convinieron entonces en revisar temas fundamentales como el Padrón de Contratistas, trabajar en la Alineación de Criterios en el tema de Entrega-Recepción de Obra Pública, en establecer un marco legal de competencia de los supervisores con funciones de auditar y recepcionar obra pública y en la revisión, simplificación y propuestas al Catálogo de Claves de Obra Pública.