La Fundación Arturo Herrera Cabañas organiza por cuarto año consecutivo el recorrido denominado “De cantina en cantina”, como parte de las actividades de su 23 aniversario, el cual tienen la finalidad de visitar los centros de esparcimiento que han proliferado por Pachuca para promoverlos como elementos de la tradición de la ciudad.

El arquitecto Marco Antonio Díaz Cortes, quien será el guía de este pintoresco tour, indicó que además de conferencias, exposiciones y cine por su aniversario, la fundación lleva a cabo este recorrido que comprende cinco cantinas y son: El Tratado de Versalles, El Surtidor, Salón Regio, Salón Pachuca y La Estudiantina.

Como uno de los fines de la Fundación Herrera Cabañas es mantener la cultura apoyada por tradiciones, de algún modo las cantinas forman parte del proceso cultural que se vivía y se vive también, y por ello se hace este evento.

La idea es promover elementos de tradición que se tenían en la ciudad, pero sobretodo de rescate cultural, es por eso que llevamos desde hace 4 años el recorrido de cantinas de la ciudad”.

Díaz Cortés dijo que el próximo sábado 22 de abril, a partir de las 14:30 horas, el recorrido tendrá como sitio de encuentro las instalaciones de la Fundación Herrera Cabañas, el cual tiene un cupo limitado de 30 personas.

El cupo es limitado porque lo que tratamos de hacer es que esto no se transforme en una borrachera, sino revivir la parte del comercio tradicional que se tenía en la ciudad, pues la cantina tiene mucho que ver con el origen minero de la ciudad, en algún momento se llegaron a contabilizar más de 100 cantinas dentro de la zona centro, y de esas algunas todavía subsisten y otras son el reflejo de aquello”.

Citó el caso de la cantina El Surtidor, atendida por el celebérrimo Don Chino, La Estudiantina, Salón Regio, Salón Pachuca y El Tratado de Versalles, cuyos dueños acceden mucho a este tipo de esquemas porque saben de la herencia cultural que tienen sus cantinas, como el caso de El Surtidor, fundada hace más de 60 años por el papá del actual dueño, que llegó como inmigrante a establecer su negocio.

El Salón Regio está desde 1928 y por ahí va el Salón Pachuca, “en el recorrido tratamos de hacer un previo, donde se hacen breves entrevistas con los dueños, donde recuerdan quienes han sido los propietarios, algunas anécdotas y el recuerdo de juegos como el cubilete, la rayuela, las bebidas tradicionales que se tomaban y cosas por el estilo, estamos rescatando una intención de las banderitas, que tienen que ver con el albur, ya que la banderita era un elemento que se colocaba en las esquinas con algunos poemas que tenían que ver con este tipo de esquemas, ahorita vamos a tratar de revindicar algunos y darles difusión”.

Son negocios interesantes, toda la ciudad ha pasado por ahí sin importar sin distingo de clases ni nada, sino la plena convivencia y lo que sucedía con mucha de las cantinas antes es que no todas eran para emborracharse, sino que daban botana u ofrecían comida, y además era el previo paso por un poco de pulque para ir a trabajar a la mina”.

El recorrido es para 30 personas, a quienes se les hace firmar una responsiva para que acaten las órdenes del recorrido, mismo que no tiene costo, más que el consumo que puedan hacer quienes se integren a este paseo, que sólo sería de una bebida por cantina, cuyo costo corre por cuenta de cada participante.