Joaquín Sabina ofreció durante la noche del jueves el sexto concierto de «Lo niego todo», tour internacional homónimo a su último disco, que inició en México un poco tarde por una operación de estómago a la que se tuvo que someter, sin embargo, aseguró, de este país, que es “terapéutico”, se va renovado y sin ningún pesar.

El cantautor español por más de dos horas conquistó y reconquistó a los más de 5 mil seguidores reunidos en el Auditorio Metropolitano y después de abrir la velada con «Lo niego todo», compartió: “Esta ha sido una gira un poco atropellada porque tuvimos que retrasarla un poquito porque me habían operado de una cosa del estómago y tardó en cicatrizar”.

Sin embargo él mismo aceleró su recuperación “porque queríamos estar en México. Después de cinco conciertos, este es el sexto, me gustaría deciros que de todos los fantasmas, de todas las neuras, de todos los problemas que traíamos, estamos curados, México es terapéutico y en nuestra gira nunca hemos faltado a Puebla. No íbamos a faltar ahora.

“Este será un concierto un poco distinto, espero, porque como hacía ocho años que yo no estrenaba canciones nuevas, ahora os vamos a torturar y en la primera parte vais a tragarse siete u ocho nuevas». Así prosiguió con «Quien más, quién menos» y «Posdata», la segunda con un sónico muy mexicano y explicó:

“Para mi vida y para mi música, cuando vuelvo de México tengo una maleta llena de olores, de sabores y de sonidos. Yo nunca lo planifico, pero cuando me pongo a escribir canciones, siempre acaban apareciendo sonidos de México por ahí. Cuando escribía ésta, pensaba en uno de esos bailes de provincia en un kiosco a mitad de la plaza, una orquesta tocando y una pareja de gordos maravillosa bailando”.

«No tan deprisa», «¿Qué estoy haciendo aquí?» a ritmo de reggae, «Lagrimas de mármol» y «Las noches de domingo acaban mal», también parte de «Lo niego todo», siguieron en la lista de canciones y sin importar lo nuevas que fueran, el público ya las había hecho suyas, así que al escuchar los primeros acordes de cada una, hacían notar su emoción.

Conforme transcurrió el espectáculo en el que no lo acompaña un equipo de músicos y coros, sino artistas y amigos con los que ha compartido toda una vida, encabezados por su inseparable Pancho Varona, llegarían clásicas como «Por el boulevard de los sueños rotos», en la que sin faltar recuerda a José Alfredo Jiménez y Chavela Vegas.

También «Y sin embargo te quiero», «Ruido», «Peces de ciudad», «19 días y 500 noches», «Una canción para la Magdalena”, «Medias negras», “Noches de boda” e “Y nos dieron las diez”. Y entre éstas, Sabina dio paso a sus amigos artistas para tomar en diferentes momentos el escenario. Primero fue Mara Barros, quien cantó “Hace tiempo”.

Después dio pasó al “verdadero rock and roll en la voz y la guitarra de Jaime Asúa”, quien, reseñó, fue parte de Alarma, “el mejor grupo de rock and roll que ha habido en España. Antonio García de Diego interpretó “Tan joven y tan viejo”, una parte solo, otra acompañado por Sabina. Pedro Barceló y Laura Gómez Palma, batería y bajo, respetivamente, también se lucieron.

Y qué decir de Pancho Varona, con quien Sabina, dijo, ha vivido todas las aventuras buenas, malas y regulares, a quien difícilmente piensa lejos de su vida, por lo menos en los últimos 30 años. A Varona le tocó cantar “·La del pirata cojo”.

A su pasó por México, Joaquín Sabina ya visitó la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Puebla. El domingo nuevamente pisará en el Auditorio Nacional.