En los últimos meses las noticias sobre el huachicoleo o robo de combustible de los ductos de Pemex han capturado los mejores espacios en diarios, revistas, noticiarios de radio y de televisión.

¡Hombre, como si realmente fuera noticia!

¡Como si no fuera un impuesto extra que pagamos los consumidores!

¡Como si no supiéramos que es la más viva imagen de la corrupción que corroe al país!, en la que están involucrados autoridades de seguridad pública, funcionarios de Pemex, distribuidores de gasolina, consumidores.

¡Hombre, cómo si no estuviera a la vista de todos!

La noticia sería realmente: ¡Se acabó el negocio del huachicoleo! Lo difícil, por no decir lo imposible, es que se acabe; hay miles de millones de pesos en juego y finalmente es un negocio que terminamos pagando quienes consumimos gasolina, como asombrosamente lo comprendió y declaró, hace unos días, el director general de Pemex.

Tal parece que a la voz presidencial de “¡arranquen!”, las autoridades judiciales federales, estatales, los gobiernos de los estados, los legisladores federales y estatales, y hasta policías municipales –sin jurisdicción-, se dieran a la tarea de acabar con esta lacra.

Declarar el huachicoleo como un delito mayor con penas de cárcel más duras, involucrar al ejército –como si no tuviera suficiente chamba- en la vigilancia de ductos y persecución de huachicoleros, utilizar sustancias químicas en los combustibles que sellen automáticamente las perforaciones a los ductos y colorear la gasolina -¡caray, cómo no se nos ocurrió antes!-, verificaciones a gasolineras para detectar venta de combustible robado… un rosario de acciones se han puesto en marcha.

Fue por demás clara la alcaldesa de Cuautepec, Haideé García, al señalar que el huachiloleo “no es nada nuevo, sólo que ahora sí se persigue”.

¿Pero por qué de pronto se “descubrió” que detrás del robo de combustible hay toda una telaraña de corrupción?, ¿por qué de pronto poner fin a un negocio tan redituable en el que todo mundo se lleva su trocito de pastel, menos los consumidores?

¿Porque nadie se había dado cuenta de este robo? ¿Porque había que meterse con peces gordos como líderes sindicales y altos directivos de la petrolera? ¿Porque los huachicoleros surtían patrullas municipales? ¿Porque al fin y al cabo con aumentar el precio de la gasolina todo se arreglaba?

No, creo que simplemente el gobierno mexicano debió actuar o las licitaciones internacionales de Pemex para construir ductos y transportar combustibles no tendrán el más mínimo éxito. Nadie va a invertir en un negocio que está en manos, en gran medida, de delincuentes, aún de aquellos con cuello blanco y membrete gubernamental.

Y es que no hay empresas gubernamentales más desprestigiadas en el extranjero que Pemex. Y el “oro negro” es  atractivo, pero no cuando significa asociarse con delincuentes descarados.

Pero mientras, a la vista de todos, la venta de combustible robado, en Puebla, en 9 pesos el litro. ¿Alguien sabe de una sucursal huachicolera cerca de Pachuca?

 

✉️ d_michel2004@yahoo.com.mx