La Catedral Metropolitana… ¿primer cementerio en México? ¿espacio funerario de los conquistadores hispanos? Así es; fueron sepultados ahí, siendo entonces el Cementerio San Francisco El Viejo. También albergó los restos de los héroes de la Independencia –hoy depositados en el Ángel de la Independencia-, y hoy reserva espacio para la urna de Norberto Rivera Carreras, arzobispo de México.

La historia de la Catedral Metropolitana como recinto funerario fue el tema abordado ayer por la historiadora Ángeles González Gamio, en la 14 Reunión Nacional de la Red Mexicana de Estudios de Espacios y Cultura Funerarios.

En su participación, la especialista detalló ante un ávido auditorio como este monumento histórico, que resume el arte de la colonia en sus construcciones edificadas en tres siglos, tuvo como parte fundamental, en su difícil basamento, el destino que tendría como recinto funerario.

Alberga el máximo recinto católico en el país mil tumbas y nichos, entre ellos los de 39 obispos. Fue descubierta además, el año anterior, la tumba de Miguel de Palomares, oriundo de Veracruz, quien integrara el primer cabildo eclesiástico de la Nueva España.

La especialista fue detallando un subsuelo de la catedral lleno de historia, mezclando la información disponible sobre las tumbas que alberga con trozos de los relatos de la época que siguió a la conquista de Tenochtitlan, la evangelización de los indígenas y la siempre pugna latente entre la iglesia y el gobierno.

Invitó Ángeles González a visitar la Catedral Metropolitana “con otros ojos”, más allá de la fe, para maravillarse con su magnificencia arquitectónica, con la historia que encierra en sus salas… y en su basamento construido con troncos, tierra y paja –técnica arquitectónica indígena-, que sostienen a una de las construcciones más pesadas que existen en el país.