San Luis Río Colorado, Son., 4 Sep (Notimex).- Para residentes de la frontera de Sonora, los anuncios sobre la construcción de un muro metálico entre México y Estados Unidos, su
reforzamiento y mejoras no son nada nuevo, pues en la región dicho proceso inició desde hace más de 20 años.
Edificado a partir de los años noventa, para iniciar el muro se utilizaron planchas metálicas que sirvieron para elaborar aeropuertos móviles en la guerra del Golfo Pérsico, según el
ex alcalde de San Luis, Arizona, Marco Antonio Reyes.
Actualmente, Reyes funge como supervisor -un cargo entre regidor y diputado local- en la administración del condado de Yuma y durante su mandato municipal obtuvo la
información.
De acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su siglas en inglés), esa valla de más de 4 metros de altura divide en parte el límite entre ambos
países y busca detener el tránsito de indocumentados.
En zonas urbanas existe una doble cerca colocada después del año 2000, pues unos 50 metros hacia territorio estadunidense, se edificó esa segunda barrera, la cual no es sólida
como el muro, sino que es de malla metálica.
Además, apenas este 2017 personal de una compañía privada colocó un alambrado de púas en la parte superior de la cerca, para disuadir el brinco de indocumentados por las
zonas urbanas entre Sonora y Arizona.
En Sonora, dicho vallado en general está hecho de planchas metálicas acanaladas, sólidas, las cuales tienen poco más de medio centímetro de grosor, de acero, largas y de unos 30
centímetros de ancho.
Seis de dichas láminas rectangulares se soldaron para formar cuadros de 3.5 por 3.5 metros, los cuales a su vez fueron soldados sobre tubos enterrados en el suelo, para levantar la cerca en la zona desértica.
De acuerdo con información de la CBP, el muro divide las fronteras de Tijuana-San Diego, ambos Tecate, y Mexicali-Calexico, en la frontera Baja California-California.
También las ciudades de San Luis Río Colorado-San Luis, Sonoyta-Lukeville, Agua Prieta- Douglas y ambos Nogales, Sásabe y Naco en el límite entre los estados de Sonora y de
Arizona.
Asimismo, están divididas por este cerco las fronteras de Palomas-Columbus, en la frontera Chihuahua-Nuevo México, además de Ciudad Juárez-El Paso, entre Chihuahua y Texas.
También, partes de la valla dividen las ciudades Ciudad Acuña-Del Río y Piedras Negras-Eagle Pass entre Coahuila y Texas, además de que entre este estado y Tamaulipas están
separadas por el muro Reynosa-Parr y Matamoros-Brownsville.
En junio de 2013 la coordinadora del Observatorio de Legislación y Política Migratoria de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), Alejandra Castañeda, analizó las consecuencias de
esta cerca en el límite entre México y Estados Unidos.
Además de diversas observaciones sobre los impactos sociales y económicos, manifestó que hasta ese momento, la extensión del vallado era de 560 kilómetros (360 millas) en toda la frontera común, pero el plan era extenderlo hasta mil 200 kilómetros.
Aparte, en un comunicado, la CBP indicó que durante el ejercicio fiscal 2014 construyó el proyecto Pedestrian Fence 225 (Muro Peatonal 225), el cual concluyó este 2015 con un
total de 362 kilómetros (225 millas) adicionales de barda metálica.
Dicha cerca adicional fue construida en sectores de California, Arizona, Nuevo México, y Texas, en áreas que son cubiertas por los sectores de la Patrulla Fronteriza en San Diego,
El Centro, Yuma, Tucson, El Paso, Big Bend, Del Rio y Rio Grande Valley.
Eso implicaría que la construcción se extendía hasta finales de 2015 por al menos 922 kilómetros (585 millas) en las zonas de más paso de migrantes, de un límite entre México y
Estados Unidos que tiene una longitud total de 3 mil 121 kilómetros.
Además, según informes de la CBP la construcción es complementada por el patrullaje en vehículos, lanchas y unidades todo-terreno de acuerdo con la zona, radares, sensores
electrónicos, drones y videocámaras.
Castañeda observó que el endurecimiento del muro, lleva a los migrantes a buscar nuevos lugares de entrada, por los que diversas autoridades coinciden en que las nuevas zonas
de cruce por lo regular son más remotas.
El muro metálico pertenece al gobierno de los Estados Unidos y es una zona de seguridad nacional, por lo que en el lado americano están reguladas las actividades en sus
inmediaciones, en tanto que en el lado mexicano sí permiten aproximarse.
Como sea y por las declaraciones más recientes del gobierno estadunidense, el proyecto del muro fronterizo continuará por los próximos tres años cuando menos.