En México casi 3 de cada 1000 niños poseen altas capacidades intelectuales y sólo 15 de cada 10 mil son atendidos de manera particular.

Un grupo de 105 alumnos con un alto coeficiente intelectual conforma la primera generación del CEPAC, una estrategia de educación especial del gobierno local.

A sus 10 años. Sofía tiene in IQ de 158 puntos (dos menos de los que se estima tenía Albert Einstein), piensa en ser veterinaria y ya se pregunta cómo desarrollar prótesis biomecánicas para animales que han perdido una extremidad o un órgano. A sus 8 años, Luis Ángel supera 140 puntos de IQ, por lo que es considerado  un niño, “superdotado” y problematiza con el tiempo que tarda un mensaje de correo electrónico en ir hasta donde tenga que llegar para volver y caer en la computadora del compañero que tiene a un lado.

Desde los 4 años Sofía demostró una capacidad extraordinaria al poder nombrar y ubicar en un mapa los 32 estados del país; en cuarto año de primaria la maestra llamó a sus padres para decirles que algo tenía qué hacer, pues antes de que ella pudiera terminar de explicar un tema, Sofía ya había comprendido y contestado todos los ejercicios del libro de texto.

Para Luis Ángel la escuela siempre ha sido aburrida, le gustan los retos, la aventura, los videojuegos y cuestiona el método de una de las maestras para poner orden en el salón: Tenía una campanita y si no nos callábamos cuando la tocaba nos hacía poner las manos en la cabeza durante un minuto, y si no nos callábamos, otro minuto”. Pero acompañado a su mamá a algunas clases para hacer prótesis dental aprendió como se hace un modelo en resina y lo puede explicar paso a paso.

Ambos forman parte de la primera generación de alumnos del Centro Educativo para Altas Capacidades (CEPAC), la única escuela pública del país diseñada para trabajar con niños como ellos.

Francisco Javier Chávez Rangel, coordinador de asesores de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ), señala algunos de los datos que justifican la creación de este centro, ubicado en el primer cuadro de Guadalajara: “La organización Mundial de la Salud” estima que en México casi 3 de cada 1000 niños poseen altas capacidades intelectuales y sólo 15 de cada 10 mil son atendidos de manera particular; el resto desconoce su condición por falta de un diagnóstico.