Los últimos dos líderes sobrevivientes de un asedio letal en el sur de las Filipinas, incluido un sospechoso de terrorismo muy buscado en Asia, murieron el lunes en una ofensiva de miles de soldados para retomar la última zona de la ciudad de Marawi que aún era retenida por extremistas partidarios del Estado Islámico, informaron autoridades de seguridad.

Isnilon Hapilon, uno de los sospechosos de terrorismo más buscados por el FBI, y Omarkhayam Maute murieron en un tiroteo y sus cadáveres fueron hallados el lunes en Marawi.

Los funcionarios hablaron a condición de guardar el anonimato porque carecen de autorización para hacer un anuncio público de los últimos sucesos en Marawi, un centro de la fe islámica en el sur de esta nación de mayoría católica. Posteriormente, el secretario de Defensa, Delfín Lorenzana, confirmó el fallecimiento de los extremistas.

“Sí, se ha confirmado que están muertos”, afirmó, y agregó que se llevarán a cabo exámenes de ADN a los restos de los dos líderes con el fin de preparar el terreno para el pago de enormes recompensas que Estados Unidos y las Filipinas ofrecieron por su captura.

Un alto extremista malasio, Mahmud bin Ahmad, que usa el alias de Abu Handzalah y es socio cercano de Hapilon, no ha sido hallado y se encuentra entre los milicianos que son buscados por los militares, señaló.