El jugador californiano cumple una condena que le obliga a pasar la noche en prisión durante 25 días

El escolta titular de los Lakers, que llegó a la NBA en 2013, solo puede jugar los partidos que su equipo juegue en el Staples Center o en California no puede salir del estado, y además debe acudir a prisión para dormir.

Una violación de la libertad condicional le ha acarreado esta condena, pese a la cual promedia con los Lakers 13,8 puntos, 5,1 rebotes, 2,2 asistencias, 1,7 robos de balón y casi 35 minutos por partido.

Los problemas para el jugador, que aspiraba a ser uno de los mejores tiradores de la Liga, nacieron cuando todavía vestía la camiseta de Detroit Pistons. Allí fue condenado por conducir bajo los efectos del alcohol y Calwell-Pope tuvo que pagar una fianza y seguir un programa de controles sorpresa para evitar la prisión.

Calwell-Pope fue condenado por conducir bajo los efectos del alcohol y tuvo que pagar una fianza y seguir un programa de controles sorpresa para evitar la prisión

El jugador se saltó algunos controles y para colmo aceptó que una persona bajo los efectos de las drogas condujera su coche. Esto le comportó una condena de 12 meses de libertad vigilada en Michigan. En ese momento Detroit decidió no asumir la renovación de su contrato y los Lakers se hicieron con sus servicios.

Todo se torció el 12 de diciembre, cuando un tribunal de Michigan le condenó a 25 días de cárcel del condado de Oakland. Los abogados del jugador presentaron de inmediato una petición para que pudiera cumplir la condena en Seal Beach, situado a unos 50 kilómetros del pabellón de los Lakers, el Staples Center. Esto le ha permitido jugar los partidos que los angelinos jueguen en su cancha.

Aunque este proceso terminará pronto, ya lleva un par de semanas en esta situación, una nueva condena en su situación podría reportarse una sanción mayor y, por ende, poner en peligro la carrera de un jugador que apuntaba muy alto en la NBA.