El ex espía ruso Sergei Skripal, condenado en su país por alta traición, permanece en estado grave en un hospital de Salisbury, centro de Inglaterra, con síntomas de envenenamiento.

Skripal, doble agente al haber colaborado para el servicio de espionaje británico MI6, está hospitalizado desde el domingo tras ser hallado inconsciente en un banco próximo a un área de juegos infantiles en Salisbury, pero sin señales de lesiones físicas.

El antiguo espía ruso, de 66 años, está ingresado junto con su hija, Julia, de 33 años, que también fue encontrada inconsciente junto a su padre el domingo, cerca de un centro comercial.

Además de estos dos afectados, la policía confirmó que un miembro de los servicios de emergencia del condado de Wiltshire está hospitalizado después de haber atendido a la pareja el domingo.

El ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, dijo en el Parlamento que el gobierno del Reino Unido responderá con contundencia si se descubre que Rusia ha estado detrás de la intoxicación de Skripal, y que tomará «todas las medidas necesarias» para asegurar que ningún delito quede «impune» o «sin ser sancionado».

El ex jefe de la unidad antiterrorista de Scotland Yard Richard Walton admitió hoy que, si hubo en este caso una participación estatal en la intoxicación, puede tener «graves consecuencias» para las relaciones bilaterales entre el Reino Unido y Rusia.

Los medios han mencionado como posible sustancia el fentanyl, un opioide sintético mucho más fuerte que la morfina, que puede ser mortal incluso en una pequeña dosis.

Serguei Skripal, quien fue declarado culpable en Rusia de espiar para Gran Bretaña y fue sentenciado en 2006 a 13 años de prisión. Se le liberó en 2010 como parte de un intercambio de espías entre Washington y Moscú, que dejó al descubierto la existencia de un grupo de agentes rusos inactivos en Estados Unidos.

Skripal fue llevado al Reino Unido, donde se instaló en Salisbury, ciudad en la que el exagente llevaba una vida aparentemente muy tranquila.