Se dice que hay veces que no importa si una historia ya se había contado, sino que en verdad importa cómo se nos cuenta, y bajo esta premisa, la ahora saga sobre estos peculiares gnomos de jardín que iniciaron su aventura readaptando el clásico de William Shakespeare, “Romeo y Julieta”, ahora viven su propia aventura basada en el clásico de Arthur Conan Doyle: Sherlock Holmes.
La segunda parte de “Gnomeo y Julieta” llega siete años después la primera aventura, donde la familia de gnomos de jardín y otros ornamentos, se establecen en su nuevo hogar: Londres, Inglaterra.
Tras llegar a este nuevo hogar, el líder del grupo, Lord Ladrillo anuncia que se retirará del cuidado de su comunidad, nombrando a Gnomeo y a Julieta como los nuevos altos mandos de este peculiar grupo.
Mientras Julieta se centra en la alta responsabilidad de adaptar el lugar y Gnomeo busca no perder la atención de Julieta a causa de este nuevo compromiso, un malévolo villano llamado Moriarty, comienza a secuestrar a gnomos de jardín de todo el Londres y solo Sherlock Gnomes y el Dr. Watson podrán poner fin a su malvado plan.
Esta especie de crossover de historias resulta peculiar y divertido, centrándose en dos duplas; por un lado los comprometidos con su deber Sherlock y Julieta, quienes buscan a toda costa impedir que Moriarty se salga con la suya, y por otra parte, Watson y Gnomeo, quienes a pesar de sentirse como los compinches de los otros dos, descubrirán el trabajo en equipo y la amistad poniendo a prueba sus propias capacidades.
Mientras que la cinta anterior fue dirigida por el director de Shrek 2 y Spirit: El Corcel Indomable, tocó ahora el turno de John Stevenson (co-director de Kung Fu Panda) de hacerse cargo de su primer largometraje animado en solitario.
“Sherlock Gnomes” está cargada de chistes, aunque la mayoría van dirigidos a toda la familia, hay algunos más guardados solo para los adultos que acompañan a los niños a ver esta divertida aventura.
Dentro de su manejo del humor, la cinta maneja interesantes referencias a este país Europeo, así como a las obras mismas a las que hace homenaje, siendo este caso el más evidente, a pasajes clásicos de Sherlock Holmes y su eterno acompañante el Dr. Watson, así como su archirrival, con un divertido giro.
Si hay algo que reprocharle a la cinta, es que gasta sus mejores chistes demasiado rápido para no perder la atención de niños y adultos, y para el final de la película decae su ritmo centrándose en los conflictos de cada personaje, que, aunque bien llevados, pierden fuerza por el constante uso de comedia.
Al final “Sherlock Gnomes” no le pide nada en animación a otras cintas de este estilo, tiene personalidad propia y logra entretener durante todo su metraje siendo una buena opción para llevar a la familia al cine en esta Semana Santa.
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