Nuevos detalles surgieron en las últimas horas sobre la brecha que existe entre el jefe de despacho de la Casa Blanca, John Kelly, y el magnate Donald Trump, luego de que un exfuncionario de la administración confirmó que Kelly calificó a Trump de ser “un idiota”.
El insulto en privado de Kelly a la inteligencia del mandatario, que fue confirmado a la agencia AP por el exfuncionario, fue revelado a medida que se han vuelto más sonoros y frecuentes sus enfrentamientos con Trump debido a temas de política y de personal de la Casa Blanca.
Kelly, que ha dicho que busca proteger a la ciudadanía del presidente, también ha amenazado varias veces con renunciar.
La despectiva declaración de Kelly fue reportada primero por NBC News. En un comunicado que emitió el lunes, Kelly dijo que el reporte era “basura” y aseguró que él y Trump tienen “una relación increíblemente franca y fuerte”. Agregó que Trump “siempre sabe dónde estoy y él y yo sabemos que esta historia es basura”.
Zachary Fuentes, mano derecha de Kelly, también cuestionó las aseveraciones, diciendo que él nunca ha escuchado al jefe de despacho describir al mandatario de esa forma. “Recuerda que él es un marine. Una vez marine, siempre marine”, agregó Fuentes.
Trump pareció reaccionar el lunes en Twitter al reporte de la NBC. Tuiteó: “Las noticias falsas (fake news) se están volviendo locas, inventando historias falsas y usando fuentes sin nombre (que no existen)”. Aseguró que “la Casa Blanca funciona muy suavemente”.
En meses recientes, Trump se ha irritado por el estilo gerencial de Kelly y en ocasiones ha hablado con amigos sobre reemplazarlo.
De hecho, en conversaciones con aliados exteriores, el presidente ha mencionado la idea de nombrarlo como jefe del Departamento de Asuntos de Veteranos militares, de acuerdo con dos personas familiarizadas con las conversaciones. Sin embargo, hay otras posibilidades y el presidente con frecuencia expresa ideas sin tomar acción. Kelly ha dejado en claro que no aceptaría tal oferta.
En sus primeros días en la Casa Blanca, Kelly impuso controles estrictos al acceso a la información a Trump, aunque su influencia directa ha menguado un poco desde entonces, de acuerdo con sus colaboradores.
Los aliados de Kelly insisten en que simplemente ha capacitado al personal a seguir sus protocolos gerenciales, pero los funcionarios señalan que Trump cada vez está más dispuesto a actuar unilateralmente, ignorando o simplemente desestimando el consejo de su asesor principal.