La candidata triunfadora de la contienda por la Jefatura de Gobierno en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció que el próximo jueves se reunirá con el actual mandatario capitalino, José Ramón Amieva, para iniciar los trabajos de la transición.

Expresó su respeto a la actual administración, para que de manera tranquila y consensada se lleve a cabo el cambio de administración, cuyo periodo de transición dura más de cinco meses.

Sheinbaum Partdo indicó que revisarán las finanzas públicas de aquí al 5 de diciembre, fecha en que ella tomará posesión como nueva mandataria de la capital del país, de tal manera que durante todo este tiempo se tenga la información para llegar al gobierno y tener listo un presupuesto para 2019.

En entrevista radiofónica, la morenista confió en que haya buena intención de parte de los funcionarios que Amieva Gálvez, con la finalidad de ir atendiendo situaciones como la reconstrucción de los inmuebles afectados por el sismo del 19 de septiembre del año pasado.

Destacó que, afortunadamente, en el Congreso de la Ciudad de México, que inicia sus trabajos a partir de septiembre próximo, con mayoría de Morena, Partido del Trabajo y Encuentro Social, se podrá avanzar en el presupuesto.

Pese a cuestionar resultados electorales como el que se dio en Coyoacán, donde perdió la candidata de dicha coalición, María Rojo, dijo que trabajará con las alcaldías sin importar su origen político, pues no incurrirá en la práctica de castigar a administraciones de otros partidos, ya que con ello «en realidad se castiga a la gente«.

Sobre este tema, Sheinbaum Pardo comentó que de acuerdo con encuestas de salida, ellos tenían resultados a favor de María Rojo, por lo que no descartó que impugnarán.

Informó que una vez que en el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) le otorgue la categoría de jefa de Gobierno electa, entonces se reunirá con los triunfadores de las alcaldías para ir delineando el presupuesto de acuerdo a las necesidades de cada demarcación.

Consideró que su triunfo fue producto del hartazgo de la gente que ya quería un cambio en la capital del país y tener la esperanza de que las cosas pueden ser mejor en términos de seguridad pública y de reducir el margen de diferencias sociales.