El pasado jueves, Andrés Manuel López Obrador, virtual ganador de las elecciones presidenciales del 1 de julio, nombró a Marcelo Ebrard, exjefe de gobierno de la Ciudad de México, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) durante su administración.

El futuro canciller tendrá como misión enfrentar la hostilidad del gobierno de Donald Trump, y para ello contará con vínculos como el que tiene con el exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, a quien contrató en 2003 para que lo asesorara en temas de seguridad, de acuerdo con Reforma.

Giuliani tiene una gran relación con Marcelo Ebrard y lo considera una maravillosa persona para trabajar. Es una gran cosa que ahora esté en un nuevo puesto como Ministro de Exteriores”, declaró P. Huvane, presidente de Giuliani Security & Safety.

Entre 2006 y 2012, Ebrard entabló amistad con los alcaldes de varias ciudades estadounidenses, como Antonio Villaraigosa, exdirigente de Los Ángeles, California, quien apuntó que “Marcelo tiene la suficiente destreza para representar los intereses de México y, al mismo tiempo, trabajar con una Administración que es claramente hostil a México y con la que México tiene que lidiar”.

Tras ser presidente de la Red Global de Ciudades Seguras de Naciones Unidas, entre 2012 y 2014, Ebrard llegó a Estados Unidos, donde se involucró en la política, colaborando con diversos grupos vinculados al Partido Demócrata a nivel estatal para motivar el voto de los latinos en la elección presidencial de 2016 frente a Trump.

Finalmente, Andrew Selee, presidente del Migration Policy Institute (MPI) en Washington, consideró que “Ebrard es de los políticos más experimentados de México y de los más cosmopolitas también… Llega con mucho conocimiento de los temas internacionales”.