Luego de completar la difícil misión de liberar a los 12 niños y su entrenador atrapados en una cueva en Tailandia, las autoridades se concentran el estado físico y psicológico de los rescatados.

Los padres y madres de ocho de los 13 liberados podrán acceder a la estancia donde se encuentran sus seres queridos ingresados en el hospital provincial de Chiang Rai, norte del país.

Los cinco restantes, cuatro niños y el adulto, que fueron los últimos en salir de las profundidades de la caverna el martes, permanecerán al menos un día más en cuarentena para evitar el contagio de posibles enfermedades.

«Hay que mantener un protocolo de seguridad debido al débil sistema inmunológico de los menores» tras quedar atrapados en el interior de la montaña el pasado 23 de junio, indicó durante una rueda de prensa uno de los médicos que evalúa al grupo.

Los familiares pueden verlos y hablar a través de un cristal ubicado en la puerta de la instancia donde se recuperan.

Las operaciones de salvamento comenzaron el domingo con el rescate de cuatro chavales, el lunes salieron otros cuatro y ayer martes, se completó la operación con los cinco restantes.

Los doce escolares, de entre 11 y 16 años, y el entrenador, de 26, se internaron en la cueva Tham Luang, situada en el norte de la provincia de Chiang Rai, durante una excursión el sábado 23 de junio tras completar un entrenamiento de fútbolcuando una súbita tormenta inundó el camino de salida.

La madre de uno de ellos dio la alerta al ver que su hijo no regresaba, pero no los encontraron hasta nueve días más tarde, hambrientos y débiles, en una caverna a cuatro kilómetros de la entrada.

El grupo ha tenido que aprender a bucear en cuestión de días, una tarea difícil si se tiene en cuenta que muchos no sabían nadar.

Dos buzos, uno delante y otro detrás, han acompañado a los rescatados en cada una de las misiones de salvamento.

La dificultad de la operación quedó patente con la muerte el jueves pasado de un voluntario antiguo miembro de los grupos de élite de la marina al quedarse sin aire durante una inmersión.

El fallecido, «Samar Gunan, es uno de los héroes de este operativo», recordó anoche Narongsak Ossottanakorn, portavoz de los equipos de rescate.

El representante también apuntó que espera que este incidente sirva de ejemplo para concienciar a todo el mundo sobre la importancia de la seguridad.