El número de víctimas a causa de las intensas lluvias e inundaciones que azotan el oeste de Japón asciende a 209 muertos y 28 desaparecidos, confirmaron este sábado autoridades japonesas.

Ya son 209 los fallecidos por las inundaciones registradas en Japón debido a las fuertes lluvias, mientras más de una veintena de personas todavía siguen desaparecidas, indicó el secretario jefe del Consejo de Ministros, Yoshihide Suga, en rueda de prensa recogida por la cadena NHK.

Según el funcionario, todavía no se tienen noticias de 28 personas desaparecidas, la mayoría en la prefectura de Hiroshima.

El secretario informó que alrededor de 63.000 policías, autodefensas, bomberos y 80 helicópteros siguen participando en la operación de búsqueda y rescate.

El gobierno japonés aprobó en su reunión del viernes la concesión de 35.000 millones de yenes, o unos 350 millones de dólares, en ayudas a 58 localidades en diez prefecturas más afectadas por las inundaciones.

Más de cinco mil personas -una sexta parte de la cifra registrada el domingo- todavía permanecen en centros de acogida, y unos 200.000 hogares, prinicpalmente en las prefecturas de Hiroshima, Okayama y Ehime, continúan sin agua.

El primer ministro japonés Shinzo Abe visitó las áreas devastadas por las lluvias torrenciales que azotan el oeste de Japón, una de las más afectadas por el desastre.

Abe visitó el viernes un centro de refugio en la ciudad de Ozu, en la prefectura de Ehime, una semana después de que los aguaceros causaran estragos en la zona, de acuerdo con un despacho de la cadena NHK.

El primer ministro afirmó que el gobierno va a hacer todo lo posible para ayudar a los damnificados, que sufren enormes privaciones.

El sábado pasado, torrentes de lodo inundaron las calles de Ozu después de que las autoridades determinaran que era necesario dejar escapar agua de dos presas corriente arriba, ya que estaban totalmente llenas a causa de las copiosas lluvias.

La orden provocó que miles de toneladas de agua fluyeran de las presas cada segundo. En Ozu murieron cuatro personas y más de cuatro mil 600 casas resultaron dañadas.

Los residentes en las márgenes del río dijeron que casi no tuvieron tiempo para prepararse cuando aumentó desmedidamente el nivel del agua.

Según funcionarios municipales, se utilizaron los sistemas de alerta de emergencia para informar a la gente sobre la proximidad de las aguas. Sin embargo, hay quienes afirman que no hubo tales llamamientos.

El primer ministro indicó que el Ministerio del Territorio va a investigar el funcionamiento del sistema de alerta y a hacer los cambios necesarios a la brevedad posible.

Miles de voluntarios comenzaron a llegar este sábado a regiones del oeste de Japón afectadas por el peor desastre en décadas para ayudar a los residentes a limpiar.

Los gobiernos de las prefecturas en Ehime, Hiroshima y Okayama, muy golpeados esperan unos 18,000 voluntarios de todo el país para ayudar a las víctimas en sus esfuerzos de limpieza durante el fin de semana de tres días.

Las inundaciones de este julio en Japón son las peores desde 1982, cuando más de 300 personas murieron en las prefecturas de Nagasaki y Kumamoto.