La presencia de várices, provocadas por la acumulación de sangre en las piernas, no sólo puede llegar a ser dolorosa: también puede provocar dermatitis, úlceras, infecciones en la piel e incluso trombosis, dijo hoy la doctora Mayela Moreno Reyes, médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Coahuila.

La especialista dijo en un comunicado que el funcionamiento inadecuado de las válvulas venosas de las piernas provoca inflamación y cambios en la piel que a la vista se observan como pequeños hilos denominados várices.

La trombosis consiste en la formación de coágulos —o trombos— en el interior de los vasos sanguíneos; en ella, parte de la sangre se vuelve sólida y obstruye la circulación sanguínea. La trombosis es uno de los causantes de un infarto agudo de miocardio. Los sitios de formación de trombo son en el corazón, arterias, venas y capilares, por lo que la trombosis puede formarse en cualquier parte del aparato circulatorio.

La especialista aseguró que las várices pueden ser de diferentes grosores, pero más allá del aspecto físico, lo realmente grave ocurre cuando se pasan por alto, ya que padecerlas llevan a la dilatación y el alargamiento de las arterias, lo cual se manifiesta con pesadez y cansancio de las extremidades inferiores.

Respecto a los síntomas más comunes, destacó: calambres, comezón, inflamación, cambios en la coloración y temperatura de las mismas. Moreno Reyes explicó que su aparición se previene al mantener un peso adecuado, no permanecer de pie o sentado por tiempo prolongado y evitar el uso de ropa ajustada.

Una vez que las várices aparecen, se sugiere utilizar medias o calcetines de mediana o alta compresión, evitar los zapatos de tacón y realizar rutinas de descanso en las piernas, tales como cambiar de posición y elevarlas durante algunos minutos. Las personas con antecedentes familiares de várices y las mujeres, especialmente las embarazadas, son quienes tienen mayor probabilidad de padecerlas.

La especialista sugirió realizar actividad física para estimular la circulación sanguínea, elevar las piernas mínimo diez minutos al día y cambiar de posición de manera constante. Dijo que cuando el trabajo se realiza sentado hay que pararse cada hora y si la actividad es de pie, hacer lo posible por no permanecer en una sola posición.

Aunque las várices no tienen cura, la especialista recomendó seguir las recomendaciones para disminuir las molestias y evitar complicaciones.