En agosto, el fisicoculturista estadounidense Paul Bashi golpeó con tal brutalidad a su novia Kristina Perry, de 22 años de edad, que la dejó varios días en estado de coma; sin embargo, estuvo a punto de librarse impunemente.

Tras despertar, la joven pidió que se retiraran los cargos contra Bashi, “le dijo al juez que quería al defendido (su novio) fuera de la cárcel y que lo que pasó fue su culpa”, reveló el fiscal Eric Smith.

De acuerdo con el funcionario, su oficina trata cerca de dos mil 500 casos de violencia de género al año, y el 60 por ciento de las víctimas cambian su versión o simplemente no se presentan a la corte.

De no haber sido por el video de las cámaras de seguridad, el sujeto –detenido desde el mes pasado y en prisión preventiva mientras concluye el juicio– no habría sido incriminado.