Los líderes de la Unión Europea seguirán adelante el jueves con sus planes para aumentar la cooperación con los países del norte de África y reforzar las fronteras del bloque en un intento por frenar la llegada de inmigrantes a la región.

Un borrador de la declaración de la cumbre hace hincapié en la necesidad de aumentar la cooperación con los países de origen o por los que cruzan los migrantes que buscan asilo o una vida mejor en Europa.

El trabajo con estas naciones para “investigar, detener y procesar a los traficantes de personas debería intensificarse”, apuntó el texto, en el que se pide la creación de una fuerza de trabajo conjunta contra la trata de personas.

Europa recibió más de un millón de migrantes en 2015, en su mayoría sirios e iraquíes que huían de los conflictos en sus países, pero las llegadas se redujeron notablemente desde que la UE delegó el asunto en Turquía.

Bruselas ofreció a Ankara al menos 3.000 millones de euros (3.400 millones de dólares) en ayudas, especialmente para refugiados sirios, a cambio de que las autoridades turcas frenaran la salida de migrantes hacia territorio europeo, y el bloque quiere reproducir este modelo en otras zonas.

Según el borrador, los “cruces fronterizos ilegales” se han reducido en un 95% desde su apogeo hace tres años pero, pese a la mejoría, los 28 socios de la UE están profundamente divididos sobre la gestión de las llegadas.

Países mediterráneos como Grecia, Italia y más recientemente España, se sienten abandonados en la gestión de las llegadas y con poca ayuda de sus socios.