Los tres animales forman parte de un estudio dedicado al diagnóstico de la malaria a través del olfato de perros adiestrados. Esta técnica no invasiva serviría para detectar la enfermedad en aeropuertos, del mismo modo que se hace con los explosivos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el año 2000, seis países han sido clasificados como libres de malaria, mientras que otros doce han informado que no se han originado nuevos casos dentro de sus fronteras. Es una gran noticia, pero sin duda falta mucho trabajo por hacer al respecto, ya que el mismo organismo informó también que en 2016 se dieron un total de 216 millones de casos en todo el mundo, cinco millones más que en 2015.

Entre otras, la principal razón de este estancamiento en la lucha contra la malaria es que tarda varios días en generar los primeros síntomas, por lo que muchas veces los enfermos, ajenos a la infección, pueden escapar a los controles sanitarios establecidos en las fronteras de los países de riesgo, facilitando la entrada del parásito en naciones que podrían considerarse libres de la enfermedad. Por eso, es necesario desarrollar métodos diagnósticos no invasivos, que puedan detectar la enfermedad incluso en ausencia de cualquier tipo de sintomatología. Para ello, un equipo internacional de científicos ha recurrido a perros entrenados para olfatear la enfermedad en el olor corporal de los seres humanos. El estudio se encuentra en un estado muy temprano, aunque ya está dando lugar a resultados bastante prometedores, según lo expuesto en una nota de prensa y en su presentación, que ha tenido lugar hoy mismo en la reunión anual de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene, celebrada en Nueva Orleans (Estados Unidos).

Este estudio ha sido financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates y llevado a cabo por científicos de la Universidad de Durham, en Reino Unido, la organización benéfica Medical Detection Dogs, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM), la Universidad de Dundee (Reino Unido), la Unidad del Consejo de Investigación Médica de Gambia en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y el Programa Nacional de Control de la Malaria, en Gambia.

En él participaron 175 niños gambianos aparentemente sanos de entre 5 y 14 años, que se sometieron a un diagnóstico de la enfermedad por medio del análisis de una pequeña muestra de sangre extraída del dedo. Además, también se les hizo llevar unos calcetines de nylon, que después fueron entregados a los perros para que realizara el diagnóstico a través del olor de sus pies. De todos ellos, 30 dieron positivo en las pruebas de detección en sangre del parásito Plasmodium falciparum, mientras que los otros 145 no se encontraban infectados.

Una vez realizado este primer diagnóstico se enviaron los calcetines a la organización benéfica Medical Detection Dogs, en Reino Unido, cuyos adiestradores habían entrenado para detectar la malaria a dos perros: un cruce de labrador y Golden Retriever , llamado Lexie, y una hembra de labrador, llamada Sally. Tras olfatear las muestras enviadas, detectaron correctamente el 70% de los positivos y el 90% de los negativos. Aunque no son porcentajes altísimo sí son muy representativos, y podrían mejorar sometiendo a un periodo más largo de adiestramiento a los perros. Además, recientemente se ha unido al grupo un nuevo animal, una hembra de Springer Spaniel, llamada Freya.

El objetivo de esta prueba en un futuro será utilizar perros adiestrados en los aeropuertos, del mismo modo que se utilizan para olfatear explosivos. Así, podrían detectar la malaria en personas que aún no han mostrado síntomas, facilitando que estas puedan someterse mucho antes a un tratamiento y, además, que la enfermedad no se expanda por otros países. En caso de que los perros informen de un resultado positivo, el individuo señalado se tendría que someter a una segunda prueba, esta vez extrayendo una pequeña muestra de sangre de su dedo, para confirmar el resultado.