La empresa automotriz Mitsubishi hizo oficial la destitución de Carlos Ghosn del puesto de presidente y director representativo, una medida similar que ejecutó la semana pasada el fabricante japonés Nissan, cuando lo apartó del cargo de presidente del consejo directivo.

Ghosn, el titán de la industria automotriz, quien encabezó la alianza de Renault, Nissan y Mitsubishi, negó las acusaciones, según informes de los medios de comunicación en Japón.

El exitoso ejecutivo, arrestado la semana pasada, bajo los cargos de defraudación fiscal, entre otros delitos, permanece detenido y no ha hablado públicamente sobre el asunto.

Nissan despide a su presidente Carlos Ghosn

Durante la reunión de hoy de la junta, se decidió despedirlo como presidente”, indicó este lunes la compañía en un breve comunicado.

Ghosn ha sido el máximo responsable de Mitsubishi Motors desde 2016, cuando la empresa pasó a ser controlada por la también nipona Nissan Motor para integrarse más adelante en una triple alianza junto a la compañía francesa Renault.

También se le atribuye la estabilización de la compañía después de que fue sacudida por un escándalo en 2016 que involucraba la deficiencia excesiva de combustible de algunos autos Mitsubishi.

El domingo, la emisora pública de Japón, NHK, que reveló por primera vez la detención de Ghosn la semana pasada, reportó que el empresario había dicho a los investigadores que negaba las acusaciones.

Ghosn permanece en un centro de detención de Tokio desde el pasado lunes, cuando fue arrestado por las autoridades niponas como sospechoso de declarar cantidades inferiores a las que realmente percibió como alto dirigente de Nissan, entre otras irregularidades.

Greg Kelly, colaborador del expresidente de la automotriz japonesa Nissan, reconoció que se habían arreglado pagos a Ghosn tras su retiro de la compañía.

Los fiscales japoneses afirman que los dos hombres conspiraron para subestimar la remuneración de Ghosn en aproximadamente la mitad de los 10 mil millones de yenes (88 millones de dólares) que ganó en Nissan durante cinco años a partir de 2010.

También se alega que el dinero de la compañía se usó para comprar una propiedad. No ha sido acusado formalmente.

La junta de Nissan decidió por unanimidad destituyó el jueves pasado a Ghosn como presidente, una espectacular caída del dinámico hombre de negocios, cuyo ascenso en la industria se acrecentó por los avances que logró con las firmas japonesas y posteriormente con Renault.

Nissan formó un equipo “secreto” a principios de este año para investigar una supuesta mala conducta financiera por parte de Carlos Ghosn, quien había sido aclamado como un héroe en Japón por revivir al fabricante de automóviles.

Kelly, exdirector representante de Nissan, fue arrestado, al igual que Ghosn, bajo sospecha de haber violado la Ley de Instrumentos Financieros e Intercambios Comerciales.

La Fiscalía de Tokio sospecha que Kelly ordenó a sus subordinados introducir sumas inferiores a las reales al indicar los ingresos de Ghosn en informes financieros de la firma.

Carlos Ghosn presuntamente dio instrucciones a Kelly para que informara que su remuneración anual había sido de unos nueve millones de dólares durante un período de 8 años.

Aparentemente, se arregló que la diferencia entre la suma declarada y la remuneración pactada, por un total aproximado de 72 millones de dólares, se abonara a Ghosn después de su retiro en la forma de una bonificación y de honorarios por asesoramiento, entre otros.

Las fuentes agregan que Kelly comunicó a otros empleados que no era necesario informar los pagos de Ghosn posteriores a su retiro, ya que aún no se habían arreglado formalmente.

La ley japonesa exige a los ejecutivos con altos ingresos declarar, en sus informes de títulos financieros, sus pagos tras el retiro en cuanto se decida la suma.