Hace 24 años Leonila Vásquez mandó a Norma y Bernarda por pan y leche, ellas en un impulso inocente por ayudar no lo sabían pero sembraron la semilla que hoy germina como un centro de ayuda humanitaria ganador del Premio Nacional  de Derechos Humanos 2013 y candidatas al Premio Príncipe de Asturias del 2015.

Fue escuchar de uno de los migrantes que viajaba en La Bestia “¡Madre tenemos hambre!” fue lo que terminó de convencernos de entregar lo que habíamos comprado, comenta Bernarda Romero.

Nerviosas por el regaño de su madre regresaron a contarle a doña Leonila lo que habían hecho, pero al contrario, ésta les dijo que lo que habían hecho estaba bien. Después de esto se reunieron con sus hermanas, ahí la madre, después de darle vueltas todo el día a la idea de ¿cómo ayudar a esos muchachos?, les propuso empacar bolsas con guisados y llenar botellas para regalarlas a los migrantes a su paso por la comunidad de la La Patrona, en el municipio de Amatlán de los Reyes, Veracruz.

Puebla, MÈxico 17 diciembre 2018.- Trabajo del grupo de “las patronas”. Alfredo Fernández/SÌntesis.

Este grupo de mujeres han trabajado voluntariamente en lo que hoy es “La Esperanza del Migrante”,  un comedor, albergue para indocumentados, a no más de 200 metros de las vías de tren que conecta la frontera sur con la norte, vía por donde cruzan una gran cantidad de los 450 mil que en promedio atraviesan tierras aztecas.

Lo que impulsa su trabajo es el amor al prójimo. La relación que desarrollan con los migrantes que pasan un tiempo en el albergue es casi maternal, les permiten descansar, les brindan ropa. Cuidado médico al alcance de sus manos.

“Este trabajo ha costado mucho, criticas de la gente, migrantes mutilados… a quienes vamos cuidando hasta que los dan de alta, nos vamos turnando o si nos piden una medicina…hasta que entra migración y ya es devuelto a su país”

El proyecto liderado por Norma Romero, cambió a partir de que documentalistas han llevado su labor a todas partes del mundo, la ayuda comenzó a llegar de distintas partes y su labor, pese a que sigue siendo agotadora, ya no les representa pérdidas económicas gracias a la colaboración de terceros.

La Caravana Migrante

El fenómeno de Las Caravanas Migrantes, ha hecho que la ruta de indocumentados cambie, esto hace que muchas menos personas aborden La Bestia. De los 300 que en ocasiones colgaban de los vagones, a la fecha pasan grupos de 10 o 20  a lo más.

Esto no interrumpe sus tareas bien organizadas, tienen días programados para guisar, limpieza del lugar, para recoger el pan, verduras y otras donaciones que les hacen cotidianamente particulares, pequeños comerciantes e incluso un supermercado perteneciente a una cadena nacional que les regala pan y otros productos dos veces a la semana.

El proyecto se ha convertido en un nodo de ayuda, centro de capacitación en torno a derechos y un catalizador de esfuerzos, ya que en el grupo de Las patronas no solo laboran en beneficio de los viajeros sin documentos, en conjunto con otros grupos de mujeres de la zona trabajan para traer beneficio a las comunidades de la zona, mediante torneos deportivos, cursos gratuitos todo esto sin miras a obtener beneficios particulares.

Puebla, MÈxico 17 diciembre 2018.- Trabajo del grupo de “las patronas”. Alfredo Fernández/SÌntesis.

Cada tren que viaja de sur a norte es una oportunidad para ayudar, para cambiarle el día a alguien y ayudarle en la persecución del sueño americano. “Nada me cuesta venir y guisar unos kilos de arroz y se que la gente que viene allá atrás ( en los vagones) va a comer”  comenta Karla Romero quien ya pertenece a la tercera generación de “Las Patronas”.

Hoy son conocidas en todo el mundo, imparten pláticas acerca de su labor en universidades del país y  en el extranjero, pero esto no cambia su actitud.

“Para mi lo que Dios me ha dado, el conocer a gente, salir otros países que en mi vida había escuchado, son los mejores pagos… Estoy incluso endeudada con Dios, por eso tengo que seguir trabajando