En Europa, la mayoría de los empresarios y de los inversores, no entienden qué quiere lograr el presidente Donald Trump con su lenguaje ríspido y generalmente díscolo, al respecto José Ángel Gurría Treviño cuyo despacho de la OCDE se encuentra en París, sugirió que independientemente de los discursos se vean las acciones.

Tenemos algunos mensajes que pueden parecer encontrados: por un lado Estados Unidos firma el acuerdo de libre comercio con México y Canadá lo que es una buena señal, sin embargo, también Estados Unidos se sale del TPP y al mismo tiempo Trump anuncia un avance en un proceso de acuerdo comercial entre su país y Europa; y luego vienen los aranceles al acero y al aluminio, que están de por medio, justo cuando en el Global Forum se hablaba de cómo reajustar  las capacidades y reducir los sobreexcedentes del acero y…  de repente llegan los aranceles”, dijo.

En exclusiva para esta columna, Gurría Treviño comentó que las partes que estaban negociando y discutiendo acerca de los excedentes reflexionaron “para qué vamos a discutir esto si  ya nos están poniendo aranceles”. Hay que coordinar y conciliar ciertas iniciativas.

Además la situación es compleja en las discusiones máxime cuando una de las partes está interesada en ver resultados lo más rápido posible y entonces decide irse por la vía unilateral que únicamente resuelve una parte del problema.

El máximo representante de la OCDE refirió que Estados Unidos actúa bajo la consideración de que en un proceso multilateral se tardan mucho tiempo en conciliar,  “las decisiones son muy dilatadas y entonces está optando por la vía unilateral”.

La ventaja del proceso multilateral es que es más duradera y permanente la solución y al mismo tiempo tiene un gran impacto a nivel mundial. Hay dos fuerzas encontradas entre el enfoque  multilateral que es el  que habíamos usado tradicionalmente e íbamos perfeccionando con la creación del G5,  luego del G7 y el G20 hasta la APEC, si lo observamos es  todo dentro de un enfoque multilateral… ahora está la otra parte que señala que ese enfoque toma mucho tiempo”, agregó Gurría Treviño.

 A COLACIÓN

En los últimos años, la OCDE ha añadido a sus análisis cada vez de forma más constante la palabra “resiliencia”, un análisis que al respecto suscita una honda reflexión en su secretario general: “Quiere decir que no se cambia sustantivamente frente a acontecimientos inesperados , ahora también usamos tres adjetivos prácticamente de  forma simultánea uno es resiliente que tiene que ver con la fortaleza, la permanencia, la estabilidad y la calidad del crecimiento; el segundo, es sostenible que sea verde, congruente con el mejor criterio del planeta y la corresponsabilidad internacional que tenemos todos respecto del  planeta que vamos a heredar a nuestros hijos y nietos; y en tercer lugar, que sea incluyente, esto quiere decir que abarque a todos, que no deje a nadie afuera”.

Precisamente,  Gurría Treviño que ahora se encuentra en Davos en el Foro Económico Mundial, dijo a esta columnista que al fallar los gobiernos en la aplicación de estos conceptos sucede lo que vemos ahoraque hay  mucha gente enojada e insatisfecha porque han sido dejados fuera… el crecimiento no ha sido incluyente, porque la globalización no ha sido incluyente”.

¿Por eso votan como están votando? En palabras de Gurría: “Al dejarlos fuera sucede que hay tanta gente enojada que todos votan por el cambio  y tienden a ser cada vez más o de extrema  derecha o de extrema izquierda; hay una vuelta a los extremos que como Humanidad hemos tratado de ir moviéndonos hacia el centro derecha o centro izquierda para tener una mayor convergencia, y ahora está pasando que hay una mayor divergencia”.

En resumen para el ex secretario de Hacienda, los años 2016, 2017 y 2018 han mostrado una secuencia de ritmo de crecimiento al alza, gradualmente mayor en cada uno de estos años. “Ya habíamos proyectado que entre 2019 y 2020 íbamos a recuperar el ritmo del crecimiento mundial que se tenía antes del estallido de la crisis”.

Fíjate en el impacto de la crisis, doce años después  apenas íbamos a recuperar el ritmo del  crecimiento previo a la crisis mundial así de fuerte fue el golpe; en mayo pasado previmos que  entre 2019 y 2020 nos acercaríamos otra vez al 4%, pero en noviembre pasado le quitamos al pronóstico medio punto ¡qué es enorme en un plazo muy cortito! Y lo reubicamos un PIB esperado de 3.5% para la economía mundial”, dijo.

Es decir, se confirma la desaceleración del PIB mundial. La causa es toda la combinación de factores y variables activas a la fecha: la guerra comercial, el proteccionismo, los aranceles, las tarifas, la incertidumbre, la propia geopolítica, el unilateralismo por encima del multilateralismo

¿Qué es diferente desde mayo del año pasado hasta la fecha de hoy? En voz de Gurría: “Pues que los cilindros del motor del crecimiento, uno es el comercio y el otro la inversión, han tenido impactos muy importantes derivados del proteccionismo. Todo iba bien cuando inició el año pasado, teníamos el panorama claro”.

Y por si fuera poco está la gasolina del Brexit: “Estamos a pocas semanas de la fecha de salida de Reino Unido de la UE que será el 29 de marzo de 2019 a las 11 de la noche, y eso también está provocando mucha incertidumbre. Todavía en Reino Unido no hay señales claras de que vaya a ser aprobado el paquete que propuso la primera ministra Theresa May al Parlamento; una votación citada para esta semana el día 15 de enero. Es verdad, puede ser imperfecto pero quizá sea el único paquete posible”.

Lo que vemos argumentó Gurría Treviño es que por un lado hay 27 países y del otro uno solo y en ambos hay insatisfacción, aunque si no hay aprobación esta semana en el Parlamento británico puede darse un escenario indeseable con un hard Brexit.

El llamado Brexit duro es algo que la Unión Europea (UE) quiere evitar a toda costa porque sería una salida sin reglas por parte de los británicos del club europeo.

Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales