Un suicida mató a al menos 10 personas e hirió a 20 más este miércoles en un ataque contra las fuerzas de seguridad que custodiaban un famoso santuario sufí en Lahore, en el este de Pakistán.
El grupo Hizbul Ahrar, una filial de los talibanes en Pakistán, se atribuyó la autoría del ataque y explicó que su objetivo era la policía. En el momento del incidente había cientos de peregrinos tanto dentro como fuera del santuario donde está sepultado el conocido santo sufí Ali Hajveri.
El sufismo es una corriente mística del islam que suele incluir la veneración de santos y templos locales. Los extremistas suníes ven el sufismo con hostilidad y en el pasado atentaron contra celebraciones y templos de esta rama en todo el mundo musulmán. En Pakistán, los insurgentes perpetran ataques casi diarios contra las fuerzas de seguridad.
Entre los fallecidos había cinco policías y cinco transeúntes, señaló el jefe de la policía de Lahore, Ghazanfar Ali, añadiendo que la cifra de víctimas mortales podría subir porque varios de los heridos tenían un pronóstico crítico.
Los autores del ataque eran “enemigos del islam y de la humanidad”, declaró Chaudhry Mohammad Sarwar, gobernador de la provincia de Punjab, a reporteros.
“Dios mediante, las fuerzas de seguridad con la cooperación de toda la nación derrotan a estos terroristas”, manifestó.
El primer ministro del país, Imran Khan, condenó el acto violento.
Un gran número de paquistaníes visitan el templo, que ya fue objeto de un par de ataques suicidas con docenas de muertos y heridos en 2010.
Lahore es la capital de la provincia oriental de Punjab, que sufrió ataques similares en los últimos años.