De los 91 ríos más largos del mundo (mayores a mil kilómetros de longitud) que fluían libremente al mar, sólo 21 aún conservan esa conexión natural, debido principalmente a grandes represas y embalajes, que en la actualidad suman cerca de 60 mil, revela un estudio.

Esos 21 afluentes se encuentran en su mayoría en remotas regiones del Ártico y en las cuencas del Amazonas y del Congo, precisa una investigación conjunta en la que participó el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), la Universidad de McGill y otras instituciones.

Los investigadores estudiaron el estado de conectividad de 12 millones de kilómetros de ríos alrededor del mundo y encontraron que las represas y embalses están reduciendo drásticamente los diversos beneficios que ofrecen los ríos saludables a los seres humanos y a la naturaleza.

Se considera que el impacto del cambio climático es una seria amenaza para los ríos en todo el mundo, sin embargo este estudio titulado “Mapping the Word’s Free-Flowing Rivers” demostró el riesgo que representa la energía hidroeléctrica a la que recurren los países en la actualidad.

Así, los investigadores encontraron que solo 37 por ciento de los 246 ríos largos del mundo siguen fluyendo libremente, pues el resto perdió esa conectividad con el mar debido a la construcción de cerca de 60 mil grandes represas que existen en la actualidad.

Günther Grill, del Departamento de Geografía de McGuill y autor principal del estudio publicado por la WWF y la revista especializada Nature, destaca la importancia de que los ríos fluyan libremente, pero lamenta que el desarrollo económico alrededor del mundo los esté reduciendo.

Se estima que más de tres mil 700 embalses hidroeléctricos están en planificación o construcción, por lo que aún es difícil evaluar el impacto real en toda una cuenca.

“Los ríos son parte vital de nuestro planeta”, afirma Michele Thieme, investigadora de agua dulce y líder de la iniciativa ríos que fluyen libremente de WWF, pero “a menudo son subestimados y pasados por alto”, agrega.

El estudio permitió la elaboración de un mapa, el primer en su tipo, sobre los ríos que siguen fluyendo libremente en el mundo, con el cual se pretende ayudar a tomar decisiones con miras a priorizar y proteger el valor de todos los grandes afluentes del planeta.