La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó este jueves para enviarle al magnate Donald Trump una medida bipartidista por 4 mil 600 millones de dólares redactada en el Senado, con el fin de atender a los migrantes detenidos en la frontera sur de la Unión Americana, coronando un forcejeo en el que los liberales terminaron perdiendo ante la Casa Blanca, la cámara alta y los demócratas moderados.

El proyecto de ley de emergencia, necesario para mejorar las duras condiciones en las instalaciones federales donde están detenidos los migrantes que solicitan asilo -en su mayoría provenientes de naciones centroamericanas como Honduras y El Salvador-, fue aprobado en una votación bipartidista de 305-102. Trump ha dicho que lo promulgará.

Docenas de demócratas liberales se opusieron al proyecto de ley, renuentemente sometido a votación por la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, después de que su plan para fortalecer más las normas que regulan el tratamiento de los migrantes refugiados en la frontera enfrentó una oposición implacable de los republicanos y del vicepresidente Mike Pence. Muchos demócratas moderados también dejaron sola a Pelosi, cuyos esfuerzos se esfumaron luego de que el líder de la mayoría en el Senado, el republicano, Mitch McConnell, dijo que los rechazaría rápidamente.

El proyecto de ley incluye más de mil millones de dólares para albergar y alimentar a migrantes detenidos por la Patrulla Fronteriza y casi 3 mil millones de dólares para atender a niños migrantes sin acompañantes que son entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos.

Sin embargo, rechaza una solicitud del gobierno para más camas de detención en el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas y contiene cláusulas diseñadas para impedir que los agentes federales de inmigración persigan a inmigrantes que viven ilegalmente en el país y que intentan hacerse cargo de niños no acompañados.

El financiamiento era necesitado con urgencia para evitar que empeore la emergencia humanitaria en la frontera entre México y Estados Unidos. El gobierno había advertido que el dinero se acabaría en cuestión de días.