Decenas de miles de personas aplaudieron el eclipse total de sol que miraron desde localidades del norte de Chile, donde están los cielos más limpios del planeta, y sus gritos crecían a medida que la luna cubría el sol por completo.

El fenómeno, que se esperaba fuera visto por millones de personas, empezó en el Pacífico, llegó al norte de Chile y atravesó a Argentina, en una ruta de unos 11 mil kilómetros.

Miles de espectadores saltaban, bailaban y gritaban sin despejar los ojos del cielo. Luego de brevísimos instantes de silencio empezaron a regresar los gritos mientras los rayos solares comenzaban a llegar de nuevo a la Tierra.

Las playas de La Serena, una ciudad de 200 mil habitantes, fueron invadidas por centenares de personas y a medida que se acercaba el eclipse total empezaron a escucharse los típicos gritos de “¡Viva Chile!”.

En ciudades y localidades del norte fue notoria la menor luminosidad y un leve descenso de la temperatura.

En Santiago, decenas de personas subieron a los techos de los edificios para mirar.

El presidente chileno, Sebastián Piñera, también visitó La Silla, antes de trasladarse a la ciudad de La Higuera para mirar el eclipse, donde dijo que “Chile es hoy día la capital del mundo en materia de astronomía. Somos los ojos y los sentidos de la humanidad para poder mirar, observar y estudiar las estrellas y el universo”.

Un eclipse solar total ocurre cuando la luna se atraviesa en el camino de la luz del Sol y proyecta su sombra sobre la Tierra.

Durante el fenómeno astronómico la luna interrumpió la llegada de la luz solar a la Tierra por un par de minutos, lo que produjo que se oscureciera todo y que la temperatura bajara algunos grados.

Por el contrario, en Montevideo, Uruguay, las nubes impidieron visualizar el fenómeno.

En Argentina, el eclipse también fue total en zonas de las provincias de San Juan, La Rioja, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.