Una eventual segunda vuelta entre el presidente Evo Morales y su retador, el exmandatario Carlos Mesa, mantenía a Bolivia en incertidumbre hoy tras las reñidas elecciones del domingo. A la par, seguían las dudas de observadores internacionales por la suspensión en la transmisión del conteo preliminar.

En las afueras de los centros de cómputo se concentraron decenas de personas tanto de la oposición como de afines al gobierno para exigir que se respeten los resultados. La policía tuvo que ponerse en medio para evitar choques, mientras varias televisoras mostraron actas de cómputo halladas en casas particulares de La Paz y Potosí.

Los conteos rápidos al 83.7 por ciento de las actas computadas, Morales estaba a la cabeza del cómputo con 45.28 por ciento de los votos frente al 38,16% de Mesa, quien gobernó entre 2003 y2005 y ahora compite por la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).

Hoy por la tarde, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia avanzaba en el cómputo oficial final y el conteo alcanzaba el 52 por ciento de los votos emitidos. Según esos resultados, hasta el momento Mesa cuenta con 42.6 por ciento y Morales con 42.39 por ciento.

Las tensiones iniciaron por la noche, cuando el TSE interrumpió la transmisión del conteo a las 19:45, cuando restaba contabilizar poco más del 17 por ciento, que podría ser crucial para determinar un balotaje que se realizaría en diciembre. La fecha aún no se define.

El TSE no se pronunció a pesar de los llamados de políticos y observadores a que dé una explicación.

La autoridad electoral debería dar resultados finales en un plazo no mayor a siete días después de los comicios, aunque en el pasado se ha demorado.

El gobierno no reconoce una segunda vuelta. Morales se declaró ganador el domingo sin aludir a un eventual balotaje. Su opositor pidió por la noche “estar alertas” para que el recuento se reiniciara “sin manipulación”. Mesa dio por sentado que la segunda vuelta sería un hecho.

El ministro de Comunicación boliviano, Manuel Canelas, dijo hoy que Morales “ganó y es la primera fuerza”.

Esperemos que esa victoria se consolide en los cómputos”, aseguró en rueda de prensa.

Tanto Canelas como el canciller Diego Parí dijeron que lo que cuenta “es el cómputo oficial de las actas” y calificaron de “apresurada” e “irresponsable” la postura de Mesa, quien más temprano señaló al TSE de presuntamente “manipular para evitar una segunda vuelta”.

Pari llamó al TSE a realizar el recuento de votos en una “transmisión pública”, a la que invitó a observadores internacionales y a opositores.

El órgano electoral divulgó el domingo un conteo rápido de resultados preliminares, pero lo que cuenta para definir la elección es el recuento oficial de actas electorales, que debe concluir en siete días, según la norma.

El 17 por ciento restante que falta computar puede ser “fundamental” para saber si hay segunda vuelta en Bolivia, dijo a la AP el profesor universitario de ciencia política, Eduardo Silva.

Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener el 50 por ciento más un voto o ganar con al menos 40 por ciento de los sufragios, pero con una diferencia de diez puntos porcentuales frente al segundo lugar.

Analistas han dicho que la segunda vuelta es irreversible y anticiparon que la polarización aumentará la incertidumbre hasta diciembre.

El mandatario tuvo la elección más cerrada de su carrera tras casi 14 años en el gobierno. Garantizó estabilidad económica y política con una tasa de crecimiento promedio anual superior al 4% del PIB en la última década, pero escándalos de corrupción y su afán de reelegirse pasando por alto un referendo que le negó esa posibilidad, mermaron su credibilidad y popularidad.