Suecia puso fin este martes a una investigación por presunta violación por parte del hacker Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, actualmente preso en Gran Bretaña.

Assange está resistiendo las gestiones para extraditarlo a Estados Unidos, que le acusa de publicar documentos secretos en relación con su trabajo para WikiLeaks. La acusación sueca data de 2010.

Assange, de 48 años, rechaza todas las acusaciones.

La fiscal, Eve-Marie Persson, dijo que desistía de la causa debido a que “las pruebas se han debilitado considerablemente durante el largo período de tiempo transcurrido desde los sucesos en cuestión”.

Dijo que la presunta víctima, que acusó a Assange de violarla en 2010, “presentó una versión verosímil y confiable de los sucesos”.

Sus declaraciones han sido coherentes, amplias y detalladas”, dijo Persson.

Elisabeth Massi Fritz, la abogada de la presunta víctima -una mujer sueca cuyo nombre nunca se ha dado a conocer- dijo a la emisora sueca SVT que “la información de la demandante está respaldada por pruebas escritas contundentes más pruebas verbales de médicos que examinaron a la demandante”.

Para mí, eso sería suficiente”, dijo.

Sin embargo, la fiscal ha realizado una tarea exhaustiva y sólida y por eso merece reconocimiento”, añadió Massi Fritz, según la agencia sueca TT.

Una corte sueca sentenció en junio que Assange no debía permanecer detenido. Dos meses antes, Assange fue expulsado de la embajada ecuatoriana en Londres, donde se encontraba refugiado desde 2012. Gran Bretaña lo arrestó inmediatamente y lo condenó a 50 semanas de prisión por violar las condiciones de libertad bajo fianza en 2012.

Kristinn Hrafnsson, editora de WikiLeaks, dijo en un tuit que ahora toca enfocarse en “la amenaza” de la cual Assange “ha estado advirtiendo desde hace años: la persecución de Estados Unidos y la amenaza que plantea a la Primera Enmienda” constitucional, que garantiza la libertad de expresión.

Assange debe comparecer en audiencia el año próximo sobre su extradición a Estados Unidos.