La crisis de Venezuela se agravó hoy tras la constitución de una dirección paralela en la Asamblea Nacional que potencia el enfrentamiento entre el gobierno y la oposición, que quedó duramente golpeada al perder el control del Legislativo.

El jefe de la directiva paralela, Luis Parra, ratificó este lunes que él junto al resto de la directiva fueron electos con el quórum reglamentario y que contaron con 81 votos en una sesión en la que aseguró que estuvieron presentes 150 congresistas, aunque la agencia AP constató que había muchos menos diputados en el hemiciclo, ya que muchos opositores salieron del lugar antes de la proclamación para tratar de presionar a las fuerzas de seguridad para que permitieran el ingreso del líder, Juan Guaidó.

Parra negó que tenga vínculos con el oficialismo o haya sido comprado por el gobierno, tal como sostiene la oposición, y dijo a la prensa, desde uno de los hemiciclos del palacio legislativo, que representa una “alternativa de cambio de oposición” y que buscará acabar con la confrontación entre los poderes públicos.

Sin bien Guaidó logró -con el apoyo de la mayoría opositora- ser reelecto jefe de la Asamblea Nacional y mantenerse como presidente interino de Venezuela, ahora el dirigente deberá lidiar con una directiva paralela en el Congreso, promovida por el gobierno, que limitará su capacidad de acción.

Guaidó consideró como “un golpe al Estado venezolano” la instalación de la directiva paralela y denunció hoy que el Congreso fue objeto de un “asalto cruel” promovido por el régimen de Maduro, al que calificó de “dictadura”.

Desde un edificio del este de la capital donde está su oficina privada, el dirigente dijo a la prensa que la constitución de la directiva paralela fue producto de una “farsa” en la que solo estuvieron presentes 28 diputados oficialistas y otros 17 congresistas que desertaron de la oposición.

Mañana iremos a sesionar en el palacio legislativo”, anunció Guaidó, al asegurar que el martes espera recuperar el palacio legislativo y sus oficinas que fueron tomadas por Parra y sus colaboradores.

A pesar de la abrumadora condena de las acciones de Maduro, Estados Unidos no presentó nuevos planes para eliminar al dictador de Venezuela, que ha librado protestas masivas, sanciones financieras e incluso una rebelión militar en el último año.

Durante una confusa sesión dominada por enfrentamientos entre parlamentarios y las fuerzas de seguridad, fue juramentada el domingo con el apoyo de un grupo de diputados oficialistas y disidentes de la oposición la dirección paralela integrada por Franklyn Duarte como primer vicepresidente, José Gregorio Noriega como segundo vicepresidente, y Parra.

Tanto Parra como Noriega habían sido expulsados el mes pasado de los partidos opositores Primero Justicia y Voluntad Popular, tras resultar implicados en un caso de corrupción y ser acusados de supuestamente haber recibido dinero del gobierno para votar contra Guaidó, señalamientos que rechazaron los congresistas.

El nombramiento de la junta directiva paralela fue avalado por la bancada oficialista y 17 diputados que rompieron con la oposición, dejando al descubierto las fracturas en el bloque. De los 167 diputados de la Asamblea Nacional, un centenar son de la oposición, 45 son del oficialismo y el resto son disidentes de ambos bandos.

Horas después del nombramiento de Parra y los dos vicepresidentes del Legislativo, un centenar de diputados opositores se concentró en las instalaciones del diario El Nacional para reelegir a Guaidó en la presidencia del Congreso.