La defensa del magnate Donald Trump se basa parcialmente en un argumento esgrimido durante el juicio político contra el presidente Andrew Johnson hace más de 150 años: debe haber delito para que haya proceso de destitución, pero la mayoría de los juristas no coincide con esa premisa, entre ellos un profesor en Derecho convocado por los republicanos para que presentara argumentos contra el juicio a Trump durante la investigación de la Cámara de Representantes.

Un abogado de Johnson arguyó en su declaración inicial ante el Senado que el entonces presidente no podía ser destituido porque no era culpable de delito alguno. Johnson fue absuelto por diferencia de un solo voto. Uno de los abogados de Trump, Alan Dershowitz, dijo que el mismo argumento será fundamental en la defensa constitucional que hará del mandatario: debe haber una “conducta delictiva” para que haya juicio político.

La idea podría ser atractiva a los republicanos que buscan un fundamento legal para absolver a Trump de los cargos de abuso de poder y obstrucción del Congreso; sin embargo, los juristas rebaten la idea de que los Padres Fundadores hayan pretendido que, para dar paso a un proceso de destitución, fuera necesario presentar pruebas de un delito. Los historiadores también dudan que el argumento del abogado de Johnson, Benjamin Robbins Curtis, haya sido decisivo para asegurar la exoneración del mandatario por estrecho margen.

El punto en controversia es el criterio de la Constitución para concretar el juicio político: “traición, soborno u otros delitos mayores y menores”. Con el paso de los siglos, el entendimiento es que el umbral abarque delitos reales -ha habido jueces sometidos a proceso de destitución por abuso sexual o por pedir sobornos, entre otras infracciones-, pero también comportamiento impropio no penal como estar borracho en el estrado o favoritismo en el nombramiento de síndicos de quiebra.

Johnson fue sometido a proceso de destitución tras ser acusado de violar la Ley de Ejercicio del Cargo, que prohibía a los presidentes despedir a ciertos funcionarios sin la aprobación del Senado, porque destituyó al secretario de Guerra, Edwin Stanton.

La defensa de Johnson cuestionó la constitucionalidad de esa ley, ahora extinta y durante el juicio político en 1868, uno de los abogados del mandatario afirmó en su argumento inicial que una falta meritoria de un juicio político “se refiere a y sólo incluye, delitos penales graves contra Estados Unidos”.

“No puede haber delito, no puede haber falta sin una ley, escrita o no escrita, expresa o implícita”, dijo Curtis, exministro de la Corte Suprema. “Debe existir alguna ley; de lo contrario no existe delito. Mi interpretación de esto es que los vocablos ‘delitos graves y faltas’ implican ‘infracciones contra las leyes de Estados Unidos’”.

Sin embargo, juristas y los demócratas rechazan la aseveración de que una falta que dé pie a un juicio político deba ser un delito encausable.

Incluso el secretario de Justicia de Trump, William Barr, escribió en junio de 2018 en un memorando -antes de que fuera propuesto al cargo de gabinete- que el Congreso puede someter a juicio político a los presidentes que hayan incurrido en abuso del poder.

Los demócratas aseguran que el abuso de poder de Trump -presionar a Ucrania a que investigara a Joe Biden, rival demócrata del mandatario, mientras su gobierno retenía millones de dólares en asistencia militar a ese país- es “una falta arquetípica para un juicio político”.