Los estadounidenses se preparaban para lo que el médico de mayor rango del gobierno advirtió el domingo que será “la semana más dura y triste” de sus vidas, mientras que Gran Bretaña asumió la indeseada estafeta de ser el país con más fallecimientos por el coronavirus en Europa tras registrar un incremento récord de muertes en las últimas 24 horas, rebasando incluso a Italia.

El primer ministro británico Boris Johnson fue hospitalizado 10 días después de ser diagnosticado con COVID-19. Fue una “medida preventiva”, señaló su oficina, e indicó que el político conservador de 55 años se sometería a análisis.

El director de salud pública de Estados Unidos, Jerome Adams, ofreció una lúgubre advertencia sobre el panorama de fallecimientos en el país a causa del virus.

“Esto será nuestro momento Pearl Harbor, nuestro 11 de septiembre”, dijo a la cadena Fox News Sunday.

La ciudad de Nueva York, el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, recibió un rayo de esperanza después de que el gobernador Andrew Cuomo informó que el número de decesos diarios tuvo un ligero descenso, al igual que el de ingresos a cuidados intensivos y el número de pacientes que requirieron intubación. De cualquier manera, advirtió que “es muy pronto para determinar” qué tan significativas son esas cifras.