Algunos residentes en un pueblito en el sur de Nuevo México, defensores de los inmigrantes y otros están expresando su preocupación por la llegada de trabajadores a la comunidad durante la pandemia de coronavirus como parte de las labores del gobierno federal para construir el muro fronterizo.

Los habitantes están pidiendo la intervención de los principales funcionarios electos del estado luego que el contratista federal del proyecto comenzó a levantar viviendas móviles.

El pedido refleja los crecientes temores en las fronteras sur y norte de Estados Unidos respecto a los trabajadores de la construcción que puedan llevar el virus a áreas con pocos servicios de salud.

Los opositores de la obra argumentaron en una carta que las órdenes de salud pública que emitió la gobernadora Michelle Lujan Grisham tienen el objetivo de limitar los grupos de personas y los contactos para impedir que empeore la pandemia.

Les pedimos respetuosamente que hagan todo lo posible para frenar la llegada de trabajadores de otros estados a nuestras comunidades fronterizas, para proteger la seguridad y la salud de los residentes rurales de Nuevo México y las comunidades fronterizas”, dice la carta. “Las vidas de los residentes dependen de ello”.