Una exempleada del virtual candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, lo acusó de agredirla sexualmente a principios de la década de 1990, cuando era senador. La campaña de Biden rechazó las acusaciones.

En dos entrevistas recientes con la agencia AP, Tara Reade alegó que la agresión ocurrió en el sótano de un edificio de oficinas del complejo del Capitolio en la primavera de 1993. Ella presentó una denuncia ante la policía el jueves indicando que había sido víctima de agresión sexual por parte de una persona no identificada en 1993. AP tuvo acceso a una copia del reporte.

No es la primera acusación de Reade contra el ex vicepresidente. Reade acusó públicamente a Biden el año pasado de tocamientos inadecuados, aunque entonces no habló de agresión sexual.

La subdirectora de campaña y jefa de comunicaciones de Biden, Kate Bedingfield, dijo en un comunicado que el ex vicepresidente ha “dedicado su vida pública a cambiar la cultura y las leyes en torno a la violencia contra las mujeres”, señalando a su labor aprobando la Ley sobre violencia contra las mujeres. “Él cree firmemente que las mujeres tienen derecho a ser escuchadas, y escuchadas con respeto”, añadió Bedingfield, aunque añadió que “estas acusaciones también deben ser revisadas de forma diligente por una prensa independiente”.

Lo que está claro sobre esta acusación: no es cierta. Esto definitivamente no ocurrió”, añadió Bedingfield.

La acusación de Reade llega en un momento decisivo para Biden. El exvicepresidente intenta unificar al Partido Demócrata en torno a su campaña como probable candidato a la presidencia, después de que el senador Bernie Sanders se retirara de las primarias la semana pasada. Las mujeres son un grupo crucial de votantes para los demócratas, y cualquier pérdida de apoyo para Biden podría hundir su candidatura en otoño.

Las elecciones de noviembre entre Biden y el presidente, Donald Trump, serán las primeras en la era del #MeToo, un movimiento que llevó a numerosas mujeres a hacer públicas acusaciones de agresiones sexuales, algunas contra hombres en posiciones de influencia en la política, la industria del entretenimiento y otros sectores. Trump también ha sido acusado de agresión y de tocamientos no deseados por numerosas mujeres, acusaciones que rechaza. Durante la campaña de 2016 se vio obligado a disculparse después de que una grabación le mostrara presumiendo sobre utilizar su fama para agredir a mujeres.