El gobierno argentino anunció su decisión de no apoyar las negociaciones hacia acuerdos de libre comercio que adelanta el Mercosur con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá e India, entre otras naciones, debido a la situación creada por el nuevo coronavirus.

En un comunicado, la cancillería señaló que la política interna del país trata de prevenirse de “los efectos de la pandemia mientras protege las empresas, el empleo y la situación de las familias más humildes” y ante “la incertidumbre internacional y la propia situación de nuestra economía aconsejan detener la marcha” de las negociaciones hacia acuerdos de libre comercio con las naciones mencionadas, a diferencia de posiciones con otros socios del bloque.

Sin embargo, el país sudamericano mostró su apoyo a continuar los acuerdos con la Unión Europea y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), “sin entrar en debates por ahora estériles”.

La posición de Argentina “transmitida a los socios del Mercosur, no surge de un capricho” sino de una visión sobre la forma de fortalecer las relaciones con las naciones del bloque, afirma la cancillería.

El anuncio generó la reacción inmediata de Paraguay, a cargo de la presidencia pro témpore del bloque económico, así como de la oposición en Argentina, que rechazó esa postura.

“Paraguay y los demás estados partes del Mercosur evaluarán las medidas jurídicas, institucionales y operativas más adecuadas en razón de la decisión soberana” argentina para “no afectar el proceso de construcción comunitaria del Mercosur y de las negociaciones comerciales en curso”, dijo.

“La excusa dada de la pandemia no puede frenar negociaciones de largo plazo. La negociación por la deuda y sus dificultades tienen el efecto contrario», señaló en un comunicado Juntos por el Cambio, una coalición opositora. «Argentina abriendo nuevos mercados ayuda, no entorpece la negociación”.

El gobierno de Alberto Fernández enfrenta, además de la pandemia, la renegociación de una deuda de 70.000 millones de dólares, para la que presentó una propuesta de reestructuración durante esta semana, que ya fue rechazada por algunos bonistas.

El gobierno anunció el miércoles que no desembolsará 500 millones de dólares en intereses de deuda, iniciando una cuenta regresiva de 30 días para declararse oficialmente en cesación de pagos.

Si el 70% de los acreedores no aceptan la propuesta, Argentina entraría oficialmente en default para fines de mayo, el segundo en dos décadas