El secretario de Salud de México, Jorge Alcocer Varela, ratificó este miércoles que actualmente no se ha demostrado que ningún medicamento «sea seguro y efectivo» para el tratamiento del COVID-19.

«Existen entre 70 y 80 tipos de medicamentos que se están usando, alguno con mayor sustento que otro pero no hay ninguno que pueda resolver (la enfermedad)», dijo Alcocer en conferencia de prensa en Ciudad de México.

«En la actualidad no se ha demostrado que ningún medicamento sea seguro y efectivo para tratar la COVID-19», añadió.

El funcionario y especialista explicó que hasta ahora «no existe un medicamento porque no ha habido el suficiente tiempo» y explicó que tecnológicamente hay posibilidades, pero se están usado otros tratamientos.

Sobre una serie de fármacos que nombró en su exposición como la cloriquina o hidroxicloroquina, remdesivir, azitromicina, lopinavir y ritonavir, plasma convaleciente o inmunoglobulina hiperinmune e inhibidores de interleucina-6, Alcocer apuntó que «todos estos medicamentos no tienen sustento suficiente para ser promovido o desincentivar su uso».

Las autoridades sanitarias de México registraron este miércoles 163 decesos y 1.047 contagios de coronavirus para un acumulado de 1.732 muertos y 17.999 casos confirmados desde el inicio de la pandemia de coronavirus a finales de febrero.

Este miércoles, Estados Unidos se mostró optimista sobre el uso del medicamento antiviral remdesivir como tratamiento para el COVID-19, tras haber completado un primer ensayo, pese a que su propio fabricante, Gilead, ha advertido que aún no se ha probado que sea seguro y otros estudios apuntan que su eficacia no está clara.

En momentos en que EE.UU. batalla para contener el aumento de los contagios, que superan el millón, un poco menos de la tercera parte de los 3.173.036 casos en el mundo, los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés) anunciaron que habían completado una primera prueba con Remdesivir, desarrollado por Gilead Sciences.

Los NIH informaron que los pacientes hospitalizados con COVID-19 a los que se les administró remdesivir (1.063) tuvieron una recuperación un 31 % más rápida, en concreto 11 días, que los que recibieron placebo, que tardaron en recuperarse una media de quince días.

Según esos resultados preliminares, la tasa de mortalidad en los que tomaron remdesivir fue del 8 % frente al 11,6 % de los que consumieron placebo.