Presentándose a sí mismo como la mejor evidencia para la reapertura del país, el presidente Donald Trump visitó el martes una fábrica de mascarillas en Arizona, utilizando el viaje para mostrar su determinación por atenuar las órdenes de confinamiento incluso en momentos en que el coronavirus sigue siendo una grave amenaza. Pero Trump no utilizó una mascarilla a pesar de que las normas requerían que portara uno dentro de las instalaciones en todo momento.

Las personas de nuestro país deben pensar en sí mismos como guerreros. Debemos abrir”, declaró Trump al partir de Washington en una gira en donde lo más importante es el viaje y no el destino.

En Arizona, Trump reconoció el costo humano de volver a la normalidad.“No voy a decir que todo está perfecto, y sí, ¿habrá personas afectadas? Sí. ¿Algunas resultarán gravemente perjudicadas? Sí. Pero debemos abrir el país, y debemos abrirlo pronto”, declaró.

Trump dijo que utilizaría una mascarilla si la fábrica fuera un “ambiente de mascarillas”, pero al final únicamente portó gafas de protección durante su recorrido a las instalaciones de Honeywell. Casi todos los empleados y miembros de la prensa, así como algunos elementos del personal de la Casa Blanca y el Servicio Secreto, usaron cubrebocas. Altos funcionarios de la Casa Blanca y ejecutivos de Honeywell no portaron mascarillas.