El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, avanzó este martes que está preparando una batería de medidas legislativas con el objetivo de “reimaginar y reinventar” la policía tras las protestas antirracistas que se han sucedido en Estados Unidos a raíz del caso George Floyd.

Durante su conferencia diaria, Cuomo aseguró que será una reforma “radical” en la que primará la transparencia sobre las actuaciones policiales y el uso de técnicas menos violentas.

El gobernador espera ver avances esta misma semana en la asamblea y el senado estatal, de mayoría demócrata, donde ayer lunes ya se aprobó una prohibición para que los agentes de policía no usen estrangulamientos durante las detenciones a sospechosos.

También se espera que en los próximos días se aborde la derogación de la sección 50a de la ley de derechos civiles que protege a los agentes de hacer público su historial disciplinario, lo que en muchas ocasiones dificulta conocer si hay un patrón racista durante el desempeño de su oficio.

El modelo actual de policía no funciona (…). Debe haber una relación de confianza con la comunidad. Es el momento de un modelo nuevo e inteligente”, señaló Cuomo, quien insistió en la necesidad de que sea la fiscal general del estado quien ejerza como fiscal especial en los casos de violencia policial.

Cuando hablamos de agenda de justicia hay que abordar el racismo sistémico en nuestra socieda, y apoyo a los manifestantes en ello. (…) Debemos reformar el sistema de justicia penal, que es un fracaso lleno de disparidad racial”, reiteró el gobernador.

Casos de covid-19 a la baja

Por otro lado, el gobernador recordó que hoy entraron en la fase dos de la reapertura las regiones de Westchester, Rockland y Hudson Valley a la par que continúa bajando el número de positivos en todas las regiones.

De los más de 50 mil test practicados en el día de ayer se registró un porcentaje de positivos por región inferior al 2 por ciento.

Además, el dirigente admitió que todavía persistían ciertos problemas de altas tasas de infección en algunos “puntos calientes”, sobre todo en la ciudad de Nueva York, donde el virus “se ha cebado con zonas de bajas rentas y con mayores niveles de pobreza”.