El secretario de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, era objetivo de cárteles mexicanos desde por lo menos mediados de 2019.

El periodista Héctor de Mauleón reveló en su columna, que desde esa fecha, el Centro Nacional de Inteligencia del gobierno federal obtuvo noticias de que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) estaba preparando un atentado en contra de García Harfuch, quien en ese entonces era titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

El columnista aseguró que un equipo al servicio del CJNG operaba en la Ciudad de México intentando reunir información que le permitiera establecer las rutas, los horarios, los lugares en que se movía el policía de carrera.

De Mauleón destacó que en aquellos días, García Harfuch había logrado las capturas de Pedro Ramírez Pérez “El Jamón”, líder de la Unión Tepito; a Jorge Flores Concha “El Tortas”, jefe del grupo conocido como Fuerza Anti Unión; y a Aldo Jesús Azcona, “El Chucky”, cabecilla de una célula criminal enviada a la Ciudad de México con la intención de abrir camino al Cártel Jalisco. Todas los arrestos fueron en una semana.

De acuerdo con los datos del CNI, en la ciudad se hallaba un sujeto conocido como “El Vaca” y era el encargado de coordinar el ataque. Y aunque un equipo de inteligencia comenzó a trabajar para desactivar el atentado, entre esa fecha y el 26 de junio no hubo resultados significativos.

Entonces vino el día del ataque, por el cual fueron detenidas 19 personas: ocho procedían de Jalisco, dos de Michoacán, una de Guerrero, una de Chihuahua, una de Oaxaca y cuatro de la ciudad de México. Entre ellas había también un colombiano.

Recordó que la mayor parte de los sicarios, a quienes les ofrecieron 100,000 pesos por llevar a cabo el atentado, había llegado a la capital dos semanas antes y concentrados en una bodega del Acueducto de Guadalupe. Las autoridades creen que eran carne de cañón: tras disparar más de 400 tiros, algunos huyeron corriendo, otros en taxi y hubo algunos que abordaron un micro.

El columnista finaliza que aunque de momento es imposible conocer la verdad, todo indica que “los desacuerdos que un día sacaron a García Harfuch de la AIC siguen vivos, e incluso se han recrudecido”.