Sin duda alguna, un tema muy preocupante en este momento para la mayoría de les mexicanos, es el económico. El FMI ha proyectado que el PIB en México caerá 10.5% y que nuestro país será uno de los que peor desempeño tendrá frente a la pandemia. Adicionalmente, mas allá del Coronavirus, según datos del Inegi, llevamos poco más de 13 meses en que la economía decrece.

Según la “Encuesta sobre el Impacto Generado por Covid-19 en las Empresas (ECOVID-IE) 2020” que presentó recientemente también el Inegi, de un total de un millón 873 mil empresas que existen en el país, 59.6% de éstas instrumentaron paros técnicos como medida de prevención por la pandemia, sus ingresos cayeron un 91.3% y la demanda de consumo cayó 72.6%. Entre éstas, 93.4% de las microempresas cerraron temporalmente 21 días o más, con pérdidas de ingresos superiores al promedio.

Sirvan estos datos pues aún cuando las MiPymes -aquellas que tienen de uno a 10 empleados- representan 95.4% del total de las empresas en el país, producen prácticamente la mitad del PIB y generan 7 de cada 10 empleos, solo 7.8% obtuvo algún tipo de ayuda por parte del gobierno según el citado estudio. Es decir, pese a que el gobierno federal dijo que daría 3 millones de apoyos de 25 mil pesos a este segmento productivo, ni siquiera la décima parte de los potenciales beneficiarios declaró recibir alguno de ellos.

Los pequeños negocios tendrán que salir adelante por su propio esfuerzo, habida cuenta de que prácticamente no han recibido impulso alguno por parte de la autoridad.

La pandemia también desnudó la trágica situación que presenta nuestro mercado laboral. No solo se ha evidenciado que millones de mexicanos viven al día (15 millones de personas trabajan empleadas con un salario que es insuficiente para adquirir la canasta básica para su familia), sino que una gran parte de ellos lo hace en la informalidad.

Alrededor del 56% de la población trabaja fuera de la formalidad laboral; esto implica que más de la mitad de los trabajadores en el país se encuentra en condiciones de vulnerabilidad laboral por ser micronegocios no registrados, ocupados por cuenta propia, que carecen de seguro social, jubilación, vacaciones u otras prestaciones. Los meseros, el personal de limpieza, los taqueros, vendedores ambulantes y trabajadores de la construcción entre otros. Para algunos de estos no solo no ha habido apoyo, sino agresividad por parte de las autoridades locales.

Tal es el caso del desalojo violento que sufrió Marven, la vendedora de tacos de canasta, quien se hizo famosa como #LadyTacos tras protagonizar un desalojo violento de comerciantes en el centro de la CDMX. Al ser entrevistada dijo: “Nosotros trabajamos de manera honrada, salimos a las calles a buscar sustento no a delinquir y la agresividad de las autoridades nos deja en claro que aquí en México uno tiene que ser ratero para que te dejen ser y no se vale”. Otro ejemplo fue la noticia de que 140 triciclos fueron decomisados en Polanco por no cumplir con el semáforo naranja del 30% de ocupación del espacio público.

Sirvan estas consideraciones para entender que la crisis que vivimos exige que se de un debate profundo sobre el tema económico. Tenemos un mercado en el que las MiPymes predominan pero no crecen; hemos permitido que los ingresos de millones sean tan bajos para solo poder sobrevivir y que la informalidad predomine en nuestra economía, con graves distorsiones de corto, mediano y largo plazo.

Aún no queda claro porqué el gobierno decidió no apoyar a las Mipymes, pese a que representan el segmento más grande y el eslabón mas débil de la cadena. No obstante, las cifras dejan claro que hoy es prioritario revisar la situación de este segmento, así como incrementar la formalidad en el país.

Pensar en una reforma fiscal que al mismo tiempo considere una modificación en nuestro esquema de seguridad social para universalizarla, es una oportunidad derivada de crisis. La #SociedadHorizontal debe empujar políticas públicas en torno a las unidades económicas mas chicas; ellas son la mejor ruta para construir el México que viene.

Armando Ríos Piter