Para Alicia Bárcena, solo hay un camino ante el coronavirus y la educación y pasa por universalizar la conectividad y asequibilidad a las tecnologías digitales; para ello hay que construir “una canasta básica” de tecnologías de la información y las comunicaciones a todos los hogares con un costo anual inferior al 1% del PIB.

La directora de la CEPAL propone cinco líneas de acción: 1) Una sociedad digital inclusiva; 2) impulsar la transformación productiva; 3) promover la confianza y la seguridad digital; 4) fortalecer la cooperación digital regional; y 5) avanzar hacia un nuevo modelo de gobernanza para asegurar un Estado de bienestar digital que promueva la igualdad, proteja los derechos económicos, sociales y laborales de la población, garantice el uso seguro de datos y genere el cambio estructural progresivo.

“Los países de la región deben garantizar una canasta básica de tecnologías de la información y las comunicaciones integrada por un computador portátil, un teléfono inteligente, una tableta y un plan de conexión para los hogares no conectados, con un costo anual inferior al 1% del PIB”, propone la ejecutiva.

Las tecnologías digitales, enfatiza Bárcena, han sido esenciales para el funcionamiento de la economía y la sociedad durante la crisis de la pandemia provocada por la enfermedad del coronavirus.

En América Latina, explica, el 46% de los niños y niñas de entre 5 y 12 años viven en hogares que no están conectados por lo que, el acceso de los hogares a los dispositivos digitales es también desigual en la región: “Mientras entre el 70% y el 80% de los estudiantes en los niveles socioeconómicos más altos tiene computadoras portátiles en sus hogares, solo entre el 10% y el 20% de los estudiantes pertenecientes a los quintiles de menores ingresos cuentan con estos dispositivos”.

“La diferencia entre los estratos económicos más altos y más bajos condiciona el derecho a la educación y profundiza las desigualdades socioeconómicas. Para garantizar una educación inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de todo el ciclo educativo, se debe aumentar no solo la conectividad y la infraestructura digital sino también las habilidades digitales de maestros y profesores, así como la adecuación de los contenidos educativos al ámbito digital”, subraya la titular de la CEPAL.

A COLACIÓN

El organismo regional dio a conocer que el año pasado el 66.7% de los habitantes de la región tenían conexión a Internet; el tercio faltante “un limitado acceso o sin acceso” a las tecnologías digitales debido a su condición económica y social, en particular su edad y localización.

Bárcena lo dice textual con todas sus letras: “En doce países de la región, la cifra de los hogares del quintil de ingresos más alto ubicados en el quintil V con conexión a Internet es un 81%; y las cifras correspondientes a los hogares del primer y segundo quintil es del 38% y el 53%, respectivamente”.

Las brechas profundizan entre la conectividad en las zonas urbanas y las rurales, nada más en América Latina el 67% de los hogares urbanos está conectado a Internet, en tanto que en las zonas rurales solo lo está el 23% de ellos.

Por grupos etarios, los jóvenes y adultos mayores, son los que tienen menor conectividad: el 42% de los menores de 25 años y el 54% de las personas mayores de 66 años no tienen conexión a Internet.

La directiva regional coincide con otros líderes en la premisa de que no todo serán pérdidas y estragos provocados por la actual inédita situación, porque habrá cambios estructurales en todos los sectores y a nivel de las sociedades a fin de evitar otra situación similar.

Para la escuela y la educación, Bárcena ve inevitable una nueva demanda basada en canales en línea que implicarán un esfuerzo de los países y el sector privado por entregar un mejor servicio; y que la nueva oferta estará basada en la flexibilidad, la cercanía local y la capacidad de reacción.

Espero que saquemos lecciones positivas de esta maldita pandemia, una muy fundamental tiene que ver con readecuar al sistema educativo a los nuevos tiempos, el primer objetivo es que ningún educando esté excluido de la digitalización; no debemos permitir que las nuevas brechas ahonden en temas que tienen que ver, otra vez, con personas discriminadas porque su situación de pobreza nuevamente los vuelve a dejar atrás.

Si el sector sanitario está presionando porque en los presupuestos haya más partidas para construir más hospitales, mejorar la infraestructura y contratar más personal, el sector educativo es nuestra gran piedra angular… hay que meterle dinero para que esas aulas virtuales sean para todos sin que nadie abandone los estudios. ¡Hagamos un compromiso global!

 

Claudia Luna Palencia