El homicidio registrado el sábado pasado sobre las calles República de Uruguay y 5 de Febrero, en el corazón de la Ciudad de México, cuya víctima es un sujeto identificado por las autoridades como un distribuidor de drogas, aparentemente se relaciona con la disputa y división entre presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y La Unión Tepito.

Los primeros avances en la investigación apuntan a que el hombre presuntamente era un lugarteniente del CJNG, grupo que, a decir de las autoridades locales y especialistas en seguridad, ahora y después de una aparente alianza con La Unión Tepito, buscaba expandir su mercado en la Ciudad de México.

Reportes de autoridades apuntan que supuestamente el hoy fallecido intentaba cerrar un trato para que el CJNG fuera el único distribuidor de estupefacientes en la capital, pero fue atacado por dos asesinos en motocicleta, quienes le dispararon en tres ocasiones frente a la mirada de varios testigos y empleados de la famosa pastelería La Ideal.

Un seguimiento de las cámaras del C5 reveló que los agresores huyeron del lugar y luego se refugiaron en la colonia Morelos; ahora la preocupación de las autoridades locales es que luego de este crimen, la violencia recrudezca en toda la zona Centro.

“Si tomamos en cuenta que actualmente los del CJNG son el grupo preponderante, todas las bandas más pequeñas hacen alianzas con ellos, pues son los que surten drogas de todo tipo y armas, entonces, los de Tepito, Tláhuac u otros grupos delictivos de la Ciudad de México no son competencia para ellos”, expuso Luis Hinojos, abogado especialista en delincuencia organizada por el Colegio de la Frontera Norte.

El también litigante explica que la presencia del cártel ya quedó clara en la Ciudad con el atentado en contra del secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, evento que en cuestión de horas dejó más de 20 detenidos, todos los imputados relacionados con ese grupo delictivo internacional.

Durante la administración de Miguel Ángel Mancera se negó el problema de la delincuencia organizada en la Ciudad de México. Ahora, con Claudia Sheinbaum, se aceptó, pero el obstáculo es que ni la policía local ni la Fiscalía General de Justicia saben cómo combatir el problema.