El hielo marino del Ártico registró el pasado 15 de septiembre su mínimo del año y el segundo histórico jamás registrado, con una extensión de 3,74 millones de kilómetros cuadrados, según datos del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos.
Desde hace décadas, la pérdida de hielo marino en el Ártico es constante y, según investigaciones científicas, el manto de hielo está cambiando su composición y características.
Según imágenes del satélite Sentinel-2 de Copérnicus, entre junio y julio pasado, un fragmento de la mayor plataforma de hielo del Ártico, llamado Spalte, se desgajó y disgregó formando una serie de icebergs a lo largo de 125 kilómetros cuadrados, según el sistema europeo Copérnicus.
El Servicio Canadiense de Hielo informó, asimismo, del colapso del glaciar Spalte en julio pasado.
Ante esta situación, varias organizaciones han instado a los gobernantes a adoptar medidas para reducir las emisiones a la atmósfera y reducir el calentamiento global, que está provocando consecuencias como el deshielo del Ártico.
La pérdida de hielo marino tiene consecuencias en todo el planeta, según la organización ecologista Greenpeace, que incide en que esta situación, junto a la crisis sanitaria y socioceconómica actual, debe obligar de forma imperativa a todos los países a luchar contra los efectos del cambio climático.
Con el fin de documentar la pérdida de hielo en el Ártico, Greenpeace ha desplazado científicos, activistas y responsables de campaña en su barco Arctic Sunrise a esa zona del planeta.
Asimismo, ha instado a adoptar medidas en el marco de la próxima Cumbre de Biodiversidad a celebrarse en China, en la que la protección marina «debe ser prioritaria y central» en cualquier discusión sobre la protección de la biodiversidad.
La responsable de cambio climático de Greenpeace España, Tatiana Nuño, asegura que «para evitar los peores impactos del cambio climático solo hay una vía, reducir drásticamente las emisiones de forma urgente a la vez que protegemos y restauramos los ecosistemas».
Greenpeace recuerda, además, que en el marco de la celebración del Consejo de Europa en Bruselas, del 23 de septiembre al 15 de octubre, se llevarán a cabo numerosas actividades para reclamar mayor ambición y acción climática a los gobiernos europeos y a las corporaciones.
Por otra parte, la organización Clean Artic Alliance hace un llamamiento a los líderes mundiales para actuar de «forma urgente» ante el calentamiento lento del Ártico, según un comunicado.
Clean Artic Alliance, compuesta por una veintena de ong internacionales, ha lanzado una campaña para la prohibición «sólida y efectiva» del uso y transporte de combustibles fósiles pesados en el Ártico.
Llama a reducir hasta un 50 % para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, acelerando las políticas nacionales y regionales con el objetivo de cumplir con el Acuerdo de París, que limita a 1,5 grados la subida de la temperatura.
El asesor de Clean Artic Alliance, el doctor Sian Prior, señala que «el verano extremo de 2020 está demostrando, con temperaturas medias globales que ya muestran un aumento de 1,1 grados, que a menos que se tomen medidas urgentes y colectivas, un aumento de 2 grados resultará perjudicial para la salud y el bienestar humanos, nuestras economías y el medio ambiente».
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha convocado una reunión sobre biodiversidad para el próximo 30 de septiembre en el marco de las reuniones de la Asamblea General que se celebran este año de forma virtual, durante la que es previsible que se hable de la reducción de emisiones.