Los incendios que cada año se producen en varias regiones de Indonesia han arrasado desde 2015 más de 4.4 millones de hectáreas, un área superior al tamaño de Dinamarca, denuncia este jueves en un informe de Greenpeace.

La ONG ecologista denunció los errores del gobierno indonesio para proteger los bosques y humedales durante la época de incendios, que generalmente se producen entre julio y octubre.

Greenpeace denuncia que el 30 % de las zonas quemadas, o un 1,3 millón de hectáreas, se localiza en concesiones de plantaciones para aceite de palma y madera para la producción del papel.

«Las multinaciones de aceite de palma y papel han marcado las reglas en las últimas décadas. Año tras año han violado la ley incendiando bosques, pero evaden la justicia y quedan impunes», apunta Kiki Taufik, director para las campañas forestales de Greenpeace en el Sudeste de Asia.

El informe, titulado «Problemas candentes: cinco años de fuego», también incide en la reforma legislativa aprobada recientemente por el Parlamento que rebaja varias protecciones de medioambiente con el objetivo de atraer la inversión privada extranjera.

«La ley del presidente Joko Widodo (…) es un reflejo del sistema opaco que amenaza con destruir lo que queda de los bosques y turberas indonesias y desplazar a las comunidades indígenas», remarca Taufik.

Desde que el legislativo indonesio aprobara una amplia reforma de leyes el pasado 5 de octubre, miles de indonesios han salido a la calle para mostrar su rechazo a las medidas, que denuncian también recorta derechos laborales, en manifestaciones que se han tornado en algunos lugares en duros enfrentamientos contra las autoridades.

«Medidas como estas leyes favorables a las empresas y que ignoran a las personas y ven la naturaleza como un pozo sin fin para la extracción de recursos para obtener beneficios a corto plazo solo pueden conllevar a un resultado catastrófico para la salud humana, los derechos y el medioambiente», apunta el director de Greenpeace.

Taufik pide al presidente Widodo que ejerza su derecho a veto sobre la reforma para poner fin a esta «locura».

«Si (Widodo) no actúa, nos enfrentamos a un futuro de más grandes incendios y una crisis medioambiental, sanitaria y climática sin precedentes que se sentirá no solo en Indonesia, sino en todo el mundo», sentencia el activista.