El Nápoles sufrió más de lo previsto para imponerse en su vista al campo del Rijeka, que cuenta sus partidos por derrotas, y venció por 1-2 gracias a un gol en propia meta del defensa local Filip Braut a los 62 minutos de juego.

El primero en golpear fue el equipo croata, que abrió a los 13 minutos de juego el marcador con un gol del centrocampista Robert Muric al culminar una contra con un potente y preciso disparo desde el borde del área.

Un tanto que obligó a reaccionar al Nápoles, que no logró igualar la contienda hasta falta de dos minutos para la conclusión del primer tiempo, con un gol del alemán Diego Demme que remató a las redes un centro del belga Dries Mertens.

Más fortuna tuvo el conjunto italiano en el definitivo 1-2, obra del defensa local Braut, que acabó introduciendo en su portería un balón que no supieron rematar ni Andrea Petagna ni Matteo Politano.

  • Agónico triunfo que permitió al Nápoles igualar en la cabeza de la tabla del grupo F al Az Alkmaar holandés y la Real Sociedad, todos ellos con seis puntos.