El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, anunció hoy una tercera y «última» fase de la ofensiva del ejército etíope para tomar la capital de Tigray, Mekele, y derrocar al rebelde Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), partido en el poder en esa región norteña fronteriza con Eritrea y Sudán.

En un comunicado, Abiy afirmó que ese «último paso» se dará para llevar a «la traicionera camarilla del TPLF ante la Justicia».

El primer ministro etíope acusó al TPLF de usar «lugares religiosos, hoteles, instituciones gubernamentales, áreas residenciales, escuelas, monumentos e incluso cementerios como escondite en Mekele» y, de esa manera, querer provocar «muchas víctimas inocentes».

«Ellos -insistió- han tomado Mekele como rehén y la tratan más como una zona de guerra que como la casa que es para muchos etíopes inocentes».

En esa coyuntura, remarcó, la ofensiva se llevará a cabo «de una manera que resulte en víctimas y daños mínimos».

TANQUES PARA TOMAR MEKELE

Abiy hizo esas declaraciones después de que el Ejército pidiera a la población civil de Mekele ponerse a salvo ante la operación que planea para sitiar esa ciudad, tras capturar esta semana numerosas localidades para abrirse camino hacia la capital.

«A medida que nos acercamos a Mekele, la táctica de la operación militar cambiará. Usaremos principalmente tanques para cercar y penetrar en la ciudad», afirmó el coronel Dejene Tsegaye en declaraciones emitidas este sábado en la televisión estatal etíope EBC.

«Por tanto, aconsejamos a nuestra gente en Mekele que se liberen de los líderes del TPLF», subrayó el coronel, al advertir de que el Ejército no se responsabilizará de sus acciones si la población no ofrece cooperación.

Fuentes del Gobierno etíope aseguraron hoy a Efe que éste planea «salvaguardar a los residentes civiles en Mekele» a través de la apertura de un «corredor» de evacuación para darles refugios en campos habilitados en zonas libres de las fuerzas del TPLF.

Además, precisaron, el Ejército etíope dará un tiempo para la evacuación de la población ante del asalto final a Mekele.

El Ejecutivo, agregaron esas fuentes, ha hablado con la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para que aporten asistencia.

La ONU había pedido que se le permita crear de forma urgente un corredor humanitario para tener acceso a Tigray, que sigue aislada y con las telecomunicaciones cortadas desde el inicio de esta guerra el pasado día 4 por parte del Gobierno central en represalia por un ataque del TPLF a una base del Ejército etíope en la región.

Este aislamiento hace muy difícil verificar información de uno y otro bando sobre el terreno.

RETICENCIA ETÍOPE A UNA MEDIACIÓN INTERNACIONAL

Abiy se pronunció hoy después de que la Unión Africana (UA) anunciara a última hora del viernes que enviará a los expresidentes Joaquim Chissano (Mozambique), Ellen Johnson-Sirleaf (Liberia) y Kgalema Motlanthe (Sudáfrica) para ayudar a mediar en la guerra.

El Gobierno etíope confirmó ayer que Abiy recibirá a los enviados especiales para «hablar con ellos uno a uno», pero negó que los expresidentes vayan a viajar a Etiopía «para mediar entre el Gobierno federal y el elemento criminal del TPLF».

Hasta la fecha, el primer ministro, ganador del Premio Nobel de la Paz de 2019, ha desoído los llamamientos internacionales a una desescalada del conflicto y también rechaza una negociación con el TPLF para resolver la crisis, que ha causado cientos de muertos y la huida al vecino Sudán de más de 30.000 etíopes.

Además, el TPLF lanzó hace una semana varios cohetes contra Asmara, capital de Eritrea, país aliado de Etiopía en el Cuerno de África, en un paso de la escalada bélica que implicó una internacionalización del conflicto.

Abiy advirtió este martes de una ofensiva «final» contra Tigray, tras vencer el ultimátum que dio la semana pasada para rendirse al TPLF, partido que dominó la coalición gobernante en Etiopía hasta la llegada al poder del actual primer ministro en 2018.

El contencioso entre by el Gobierno federal venía agravándose desde hace meses, con el retraso indefinido de las elecciones generales que se debían celebrar el pasado agosto en Etiopía como punto de inflexión.

Tras la demora de las elecciones por la covid-19, el TPLF celebró el pasado septiembre sus propios comicios parlamentarios, que el Gobierno central tachó de ilegales, de ahí que ahora busque restablecer en Tigray el «orden constitucional».

Asimismo, desde el 5 de octubre, fecha en la que teóricamente vencía el mandato de Abiy, el gobierno de Tigray no reconoce autoridad alguna del Ejecutivo federal.