La Embajada de Estados Unidos en Eritrea, advirtió este domingo que anoche se produjeron seis explosiones en Asmara, la capital de este país aliado de Etiopía, sin explicar los motivos, y aconsejó a los residentes estadounidenses que sean cautelosos.

«Aproximadamente a las 22:13 horas (+3 horas GMT) del 28 de noviembre hubo seis explosiones en Asmara», indicó en su página web.

«La Embajada nuevamente aconseja a todos los ciudadanos estadounidenses en Eritrea que continúen siendo cautelosos, permanezcan en sus hogares (cuando no estén en el trabajo), realicen solo viajes esenciales y estén al tanto de la situación del conflicto en curso en la región de Tigray en Etiopía», añadió

El anuncio se hizo solo un día después de la embajada emitiera otra alerta de seguridad indicando que el 27 de noviembre por la noche «se escuchó un fuerte ruido, posiblemente una explosión».

El pasado 4 de noviembre, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva armada contra el Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT), partido que gobierna la región de Tigray, en el norte del país y fronteriza con Sudán y Eritrea, en represalia por un ataque cometido contra una base del ejército etíope en esa región.

Desde entonces, cientos de personas han muerto y más de 43.000 etíopes han escapado al vecino Sudán.

Abiy ha desoído los llamamientos internacionales a un cese o desescalada de las hostilidades contra el FPLT y en una reunión este viernes con una delegación de la Unión Africana (UA), compuesta por ex presidentes africanos, rechazó el diálogo como vía de solución.

Este sábado, Abiy, declaró que el ejército tenía el «control total» de Mekele, la capital de Tigray, dos días después ordenar el ataque final para el «establecimiento del orden», dando por concluida «con éxito» la operación principal contra las autoridades rebeldes de la región de Tigray.

Aunque la contienda empezó el pasado día 4, el contencioso de Tigray viene de lejos.

FEDERALISMO ÉTNICO

Desde su refundación tras la caída del régimen comunista en 1991, Etiopía promueve una política de federalismo étnico, donde supuestamente todas las etnias tienen igual valor y representación.

Sin embargo, el FPLT -que representa al 5 % de los 110 millones de habitantes de Etiopía- lideró desde entonces la coalición étnica que conformaba el gobernante Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE).

Esa hegemonía duró hasta el nombramiento en 2018 de Abiy, un joven político de origen oromo, como primer ministro, quien quiso extirpar el etnicismo de la política refundando el FDRPE en el Partido de la Prosperidad (PP), del que se desvinculó el FPLT.

Tras retrasarse las elecciones generales, que debían haberse celebrado en pasado agosto, por la covid-19, el FPLT tuvo en septiembre comicios parlamentarios regionales, que el Gobierno central tachó de ilegales, de ahí que busque ahora restaurar en Tigray el «orden constitucional».

El conflicto entre el Gobierno federal de Etiopía y el FPLT se ha convertido en una disputa internacional tras el ataque con misiles desde la región rebelde etíope la noche del 14 de noviembre a instalaciones de Eritrea, incluido el aeropuerto de Asmara, la capital, «usadas para perpetrar ataques en Tigray», según declaró el portavoz del FPLT, Getachew Reda.

UNAS RELACIONES QUE LE VALIERON EL NOBEL A ABIY

Las relaciones entre Eritrea -país que se independizó en 1993 de Etiopía- y Etiopía se restablecieron en julio de 2018 cuando el primer ministro Abiy y el presidente eritreo, Isaías Afewerki, firmaron «el fin del estado de guerra» en una declaración que incluye respetar las fronteras marcadas en el Acuerdo de Argel de 2000, que acabó con el conflicto que enfrentó a ambos países (1998-2000).

Por este gesto, tras décadas de conflicto, el primer ministro etíope recibió el premio Nobel de la Paz en 2019.